Por Claudio Puntel
Te juro hermano que desde aquel día en el Boston, a la copa la tengo acá, anotada en el "Debe". Y va a ser este año, te lo firmo. Sobre todo por el Pelusa, ¿viste? Y también por el Lío. La necesitamos y nos la merecemos.
Decime, ¿qué otro seleccionado entregó tanta magia en los estadios? Si con el Pelu, la Pulga y Román hubo más ballet en las canchas que en el Bolshoi. ¿Viste que hay un ñato que hace esos videos de youtube y le pone música a las gambetas? Y tiene razón, si parece que el que va con la pelota es Nureyev. ¿Qué digo Nureyev? Nijinsky es.
Y no es solo por esa poesía que los muchachos escriben con las piernas. Con las dos, ¡Eh! Porque vi cada acrobacia con la derecha a cargo de un zurdo, como surcidos con la zurda de tipos que son diestros. ¿No me vas a decir que lo de Román no son surcidos? ¡Otra que surcidos! Son un bordado. ¡Un brocado en el manto de la virgencita!
Pero yo digo que esa deuda la tenemos desde el 94, porque lo del 90 fue otra cosa. No sé, para mí en aquel mundial, lo del futbol propiamente dicho ni fu ni fa. Lo mismo que la canción de los tanos, que todos dicen que fue la más linda de los mundiales, nada que ver. Va fangullo con la cancioncita, como dicen ellos. No, aquella vez en Italia lo que más me emocionó fue verlo al Diego putear a los que silbaban el himno.
Pero en el 94 yo estaba seguro que la copa iba a ser nuestra. Y no pudo ser. ¡No sabés! Cuando vi la gorda que entró a buscarlo y se lo llevaba de la mano. Yo decía ¿Qué le pueden hacer al Pelusa? Nada le van a hacer. Si el Diego es imparable. Y hasta el día de hoy, yo te juro por ésta y que Dios me castigue si hablo al pedo. Yo estoy seguro que aquella vez el Pelusa estaba limpio. Si se lo veía en la cancha, te dabas cuenta que jugaba con alegría, animado. Se había comprometido con todos nosotros. Al Diego se la hicieron. Se la tenían jurada y se la hicieron.
Pero este año es distinto. Si el año pasado cuando ganamos en el Maracaná, yo ya tenía ganas de que los muchachos siguieran de largo hasta Quatar y arranque enseguida el mundial.
Yo no soy de las cábalas ¿Viste? Más bien soy de arrodillarme y mandarme un buen rezo, tengo los santitos que me dejó la vieja y a veces les prendo vela, pero ¿sabés qué me dí cuenta? Que hay una cábala que sí funciona y la voy a usar. Me salió sin querer y el Diego no va a permitir que falle. Tengo que ponerme la camiseta de la selección, es la única que tengo y la usé para ver todos los partidos de la copa América. Cuando ganamos en el Maracaná empecé a sospechar que la camiseta tenía algo que ver. Pero pasó algo de pura casualidad, no va que después me cayó la ficha que es la misma camiseta que me puse el día que el Diego cumplió los 60 y le hicieron el homenaje en la cancha de los triperos. ¡Es creer o reventar! Así que esa casaca ya está reservada para cuando empiece el mundial. No viajaré a Quatar, pero estaré firme en cada partido con la celeste y blanca puesta. Te firmo acá, que va a funcionar.
Y lo necesitamos más que nunca, ¿no? Tenemos que desquitarnos, porque aquella vez entre los yanquis, la que nos hicieron fue muy fea. ¡Nos cortaron las piernas a todos, hermano!
Publicado en Río Bravo el 14 de diciembre de 2022