Lunes, 08 Enero 2024 22:30

El ladrón del álbum de figuritas

Gracias a que en el teclado la “R” está pegada a la “T”, por esas casualidades de la vida pude llegar a esta historia que roza lo bizarro y lo gracioso, excepto por el mal momento que tuvo que pasar, ese 22 de julio, Raúl Mancini, el empleado de la distribuidora, cagado en las patas mientras Ramón Sebastián Britez –aquél marcador de punta surgido en Huracán, con paso por Patronato y devenido en asaltante–, irrumpía en su lugar de trabajo junto con un cómplice para llevarse el jugoso botín, dejándole de recuerdo un julepe que seguramente no va a olvidar en su vida y, de yapa, un corte en la cabeza.

UnoCausaAsaltoDistribuidoraRecorte

Transcurría un día más de trabajo para mí, casi seis meses después de aquellos acontecimientos. Era una siesta de verano de esas en que mis recurrentes divagaciones me sumergen en la improductividad, extendiendo más de lo deseado mi jornada laboral.

Sentía una tensión entre el deber y el placer, pero el impulso por detenerme en profundizar sobre lo fascinante de esa historia y postergar un ratito la noticia de los 33 casos de dengue confirmados fue más fuerte. Valía la pena, sobre todo para un tipo tosco como yo, al que los manantiales de la inspiración literaria no le fluyen con demasiada frecuencia.

Todo empezó porque "Coqui", compañero de batallas contra las secuelas del menemato en los albores del siglo, y con quien nos reencontramos en el periodismo unos cuantos años después, había escrito “Zapara” en lugar de “Zapata”: la calle donde Britez y compañía habían perpetrado el atraco. Y lo digo limpio de toda vocación gorrera. ¡Si habré cometido errores mucho peores que ése!

A veces, en la vorágine –y más en esta era de los correctores extinguidos–, un fallo de tipeo se le pasa a cualquiera. Mientras él se puso al hombro, ese fin de semana, la web del medio donde trabajamos juntos, yo me terminaba de recuperar del pedo del viernes, así que no era quien para andar juzgando.

Hasta le agradezco el yerro, porque si no hubiese metido el dedo en la “R” en vez de la “T”, se me hubiera pasado por alto la noticia y no tendría el regocijo que me genera escribir al respecto en este momento. Y sí, para qué mentir, me interesé en la nota porque entré a hacer esa corrección y, también, gracias a que Gonza me juró: “Está buena la historia esa” y, sin proponérselo, me indujo a su lectura.

"Sí, sí, la nota del dengue, ya la termino", me dije a mí mismo, mientras se me hacía cada vez más adictiva e incontrolable la necesidad de poner en una pantalla o un papel las anécdotas y conexiones que, vertiginosass, se atropellaban en mi mente a reisgo de perderse en el olvido.

Y terminé: “Hay 33 casos confirmados de dengue”, chanté el título. Armé todo e hice el último click en “publicar”. Hasta flasheé con la idea de que se me pasara inadvertido un error y entráramos en una paradoja de relatos surrealistas conectados por fallas de precisión con el teclado. Pero era demasiado, sólo otro de mis delirios.

Me deshice de la nota y pude sentirme más liberado para seguir escribiendo sin culpa sobre el derrotero delictivo de Britez.

Días atrás –o mejor dicho noches atrás– charlábamos con el "Beli" sobre cómo, últimamente, tantas cosas nos transportan a los ’90. A riesgo de irme por las ramas, abro paréntesis para decir que fue justo la noche del pedo del que necesité recuperarme, mientras "Coqui" le metía duro y parejo al laburo para que después cayera este fulano a ponerse quisquilloso con el tipeo.

La cuestión es que, en estos días en que tantas cosas nos llevan tres décadas para atrás –privatizaciones, patillas, presidentes con cabelleras exuberantes, reformas del Estado y músicas de antaño que insisten con volver– se cruzaron frente a mis ojos las palabras "Brítez", "exjugador", "Huracán" que, combinadas, dieron un sacudón a mi cabeza.

La relación fue inmediata y vino a mi mente esa figurita.

Album1992HuracanBritez

Tengo buena memoria para pocas cosas pero, de esas pocas, hay algunas que recuerdo con lujo de detalles: Ramón Sebastián Brítez, lo tenía en el álbum del torneo Clausura ’92, año en que Boca volvió a dar la vuelta después de 11 años, de la mano del "maestro" Tabárez Eso –aclaro– fue después, en el Apertura '92, que por esas cosas raras e inexplicables que tiene el fútbol argentino se jugaba en la segunda mitad del año; apertura al cerrar el año, clausura al abrirlo; tampoco es que el "Chiqui" Tapia es un disruptivo.

¿¡Cómo no recordar algunos nombres!? “El mono” Navarro Montoya, “el colorado” Mac Allister, “chiche” Soñora, Giunta, el “Beto” Márcico, el paraguayo Cabañas, el “chino” Tapia, el “trapito” Carranza y el ignoto Claudio Benetti, al que pocos conocían hasta que metió ese gol del título que casi hace venir abajo el alambrado.

Las figuritas de la mayoría de esos jugadores, al igual que la de Brítez, estaban pegadas en mi álbum. Todavía lo tengo, por ahí, en algún lugar, entre la casa de mis viejos y la mía; a lo mejor en “la pieza del despelote”.

Yo era un gurí –en septiembre cumpliría 11–, y ese mundo me atrapaba. Ya había llenado el álbum del ’90, hecho locuras por conseguir las que faltaran de Mundo insólito y, un par de años después, llenaría el del mundial USA ’94; ése en el que al Diego le cortaron las piernas.

Por esa época, yo jugaba al fútbol en la categoría 1981, de las divisiones infantiles del Club Atlético Paraná, sin demasiadas virtudes, admito. Toda referencia a aquél álbum es inescindible, en mi memoria, de un viaje a Córdoba con ese equipo, en 1992, para participar de un torneo. Ahí andábamos casi todos, con las figuritas y el álbum a cuestas, de acá para allá, antes y después de los partidos, a ver si conseguíamos alguna de esas que nos faltaban. Tal vez ahí lo conseguí a Britez, que tampoco era muy codiciado, pero era un obstáculo más para llegar al álbum lleno.

AlbumSobreFiguritas1992

Cuando muchos años después –casi una década, ya estando "de vuelta"– apareció en Patronato, los recuerdos se activaron como si el tiempo no hubiese pasado, y como si hubiese tenido alguna relevancia para mi vida la existencia de Brítez.

Para mí, el tipo siempre fue esa figurita. No me lo puedo imaginar protagonizando un asalto, arma en mano, ni levantando un botín de 30.000 verdes y dos palos de los nuestros, para luego llevar una vida de prófugo. ¡Si estaba en el álbum de figuritas! Tampoco creo en las señales ni en destinos inexorables pero, otra vez, Brítez se escapó del álbum para enrostrarme que nunca se fueron del todo los ‘90.

Publicado en Río Bravo el 9 de enero de 2024

Publicado en Otras yerbas

El escritor, exjugador de Newell´s de Rosario, estuvo en Paraná donde compartió un rico intercambio con docentes, estudiantes e integrantes de diversas instituciones en torno a la inclusión social y el deporte y el arte como posibles herramientas en un contexto complejo. En un breve diálogo con Río Bravo habló, entre otros temas, sobre su cambio de mirada en torno al deporte, su llegada a la literatura, las causas que lo motivan a recorrer el país para propiciar estos debates, las presiones de la competencia a nivel profesional y una de sus más lamentables consecuencias: los suicidios en el fútbol argentino.

Publicado en Pago chico

El escritor y exfutbolista profesional participará, el 5 de junio, de una actividad organizada por AGMER Paraná para abordar la problemática de las infancias y adolescencias y su derecho "a un presente y un futuro pleno". Una mirada colectiva por sobre el individualismo reinante en el fútbol-negocio y la concepción del deporte y el arte como herramientas de inclusión son parte fundamental de su producción literaria y de sus charlas.

Publicado en Otras yerbas

Desde la agrupación Patronato Feminista cuestionaron el silencio de la dirigencia del club rojinegro sobre la conformación del plantel femenino de primera división, obligatorio para la participación en la Copa Libertadores de América. Aseguran que no hay nada oficial ni confirmado más allá de trascendidos sobre una posible fusión con otros clubes de Paraná. Igualmente, reclaman que se informe si hay proyectos de corto o largo plazo para incorporar el futbol femenino como nueva disciplina.

Publicado en Pago chico
Martes, 20 Diciembre 2022 21:42

Primero hay que saber sufrir

La euforia y los festejos multitudinarios fueron y son la reacción inevitable ante un logro que condensa muchas cosas más que una victoria deportiva que, más allá de las ilusiones, parecía impensada antes del inicio de Qatar 2022. La frase emblemática de un viejo tango sintetiza, sin habérselo propuesto, esperanzas, decepciones y el duro camino que desde hace más de tres décadas atraviesan no sólo al deporte más popular de estas tierras sino un pueblo entero sediento de alegrías.

"Primero hay que saber sufrir", escribió el poeta y escritor Homero Espósito en 1944. Un tango (Naranjo en flor) que habla de amores, pero que dejó para la eternidad esa frase que muchos de los que nacimos y vivimos en suelo argentino experimentamos en carne propia, en mayor o menor medida, sobre todo aquellos que más padecen las penurias a que nos somete una estructura económica y social sostenida por dirigencias políticas serviles o poco audaces a la hora de poner lo que hay que poner –como se pide desde la tribuna– para que la felicidad sea algo más que unas pocas y (muy) esporádicas estrellas fugaces.

Millones de argentinos pagaron con creces y acumulan maestrías en eso de "saber sufrir". Era hora de que llegara ese grito de desahogo, que no va a poner un bife en el plato de los que viven el día a día, pero que nos hizo (y nos hace) estallar de euforia y alegría por algunos días y dejar fluir sin pruritos esas emociones que nos hacen humanos. Y para las verdaderas eminencias en materia de sufrimiento no son poca cosa unos días de alegría en medio de la rutinaria preocupación por parar la olla.

ArgentinaCampeonObelisco

En estos días (parece mentira pero pasaron sólo dos días) da la impresión, como nunca, de que los argentinos somos uno, de que eso que llaman grieta se hizo un poco más chiquita, aunque no cese totalmente el desprecio clasista por la alegría de los humildes, aunque no abdiquen de su idea los que señalan que la salida a los problemas está en un avión porque "este país es una mierda".

Pero un grupo de jugadores y su cuerpo técnico –con todo un pueblo detrás– demostraron como pocas veces se vio, en los 29 días que duró el mundial, una capacidad de recuperación y una entereza para volver a intentar y volver a creer que lo imposible es posible, aún cuando el abismo del fracaso parecía cerca. Todo un símbolo.

¿Hablaríamos de otra cosa si Emiliano Martínez no hubiera tapado ese mano a mano que paralizó los corazones a falta de segundos para terminar el segundo tiempo suplementario? Más allá de los análisis sobre las causas de la derrota que hubieran copado la prensa especializada, previo al partido se respiraba un clima de gratitud popular, independientemente del resultado.

Otras generaciones de futbolistas, otros equipos de otras disciplinas y un pueblo entero frente a sus adversidades, intentaron e intentan lo mismo que este grupo desde hace décadas, algunas veces con éxito y muchas más con derrotas que duelen. Que no es mucho más que lo que a su manera explicaron a la prensa, a su modo y con sus palabras el Dibu Martínez, el mismo Scaloni: poder llevar alegría a la gente en un momento de tanto sufrimiento. Pero si hay algo que generó identificación de millones de argentinos con este plantel fue esa tenacidad lo llevó a perseverar en la búsqueda de su objetivo, sin renunciar a sus valores, pese a que los agoreros de siempre, del deporte y de la vida, estuvieran al acecho ante cada dificultad, ante cada traspié. Más de cinco millones de argentinos en la calle, cantando, bailando y saltando juntos, llenando de alegría las plazas y las avenidas, señalan que es por ahí. Aunque "los eunucos bufen".

Publicado en Río Bravo el 20 de diciembre de 2022

Publicado en Otras yerbas
Miércoles, 14 Diciembre 2022 11:39

Por el Pelusa

Sentimientos inconmensurables atraviesan a millones de argentinos por estos días. Son parte de una trama emocional hecha de anécdotas, vivencias y recuerdos en los que la 10 celeste y blanca y la pelota son denominadores comunes de nuestras alegrías, expectativas, frustraciones y esperanzas. En este relato escrito previo al inicio del mundial de Qatar, Claudio Puntel nos habla de una espina clavada que los amantes del fútbol (y de las pasiones que despierta) soñamos con sacarnos desde hace 28 años.

Publicado en Pago chico

Otra vez una desgarradora noticia sacude al mundo del fútbol. Samuel Rebollo, jugador de las inferiores de Aldosivi, se suicidó tras enterarse que quedaba "libre", que tenía que buscar nuevo equipo. Si se reduce a una tragedia individual, se imponen las condolencias de protocolo y "el show debe continuar". Leandro Gillig, entrenador de fútbol, especializado en formación, propone "empezar a hablar de las presiones que existen sobre nuestros pibes" y una serie de preguntas urgentes.

Publicado en Pago chico

“Entender, de una vez por todas, que el fútbol es un negocio”. La frase se dio en el marco de una asamblea de socios y socias de Estudiantes de La Plata. Una de las presentes pidió la palabra para exigir más recursos para el fútbol femenino, lo que disparó esa respuesta del exjugador de Estudiantes de La Plata, Boca Junios y el Manchester United, Juan Sebastián Verón, quien actualmente es vicepresidente del club platense. Aunque la mercantilización del fútbol es una realidad al margen de toda opinión, no puede ni debería soslayarse que es, ante todo, un hecho cultural; lo otro viene después.

Publicado en Otras yerbas
Sábado, 10 Julio 2021 18:45

Para el pueblo lo mejor

Gracias por otra hazaña colectiva.

La selección argentina de fútbol ganó la Copa América frente al local Brasil, en el estadio Maracaná, después de 28 años sin títulos para la selección mayor, una alegría absolutamente necesaria que llega en un contexto muy complejo: nada más ni nada menos que una pandemia mundial que se llevó miles de vidas y costó grandes sacrificios en todo el mundo.

Una gran parte de nuestro pueblo festeja, se desahoga, está feliz y agradecido, felices por nosotros y por muchos de estos jugadores que padecieron tantas críticas despiadadas de los mercaderes de los medios.

Y nosotros partimos de la premisa de que la felicidad es colectiva o no es. Por eso, más que nunca, se hacen necesarias algunas palabras que expliquen este estado de gratitud y felicidad.

Seguramente para quienes piensan que ganar es una obligación, que no existe otra cosa, tal vez esta victoria no les parezca tan importante, ni una hazaña, ni nada; para ellos, ganar debe ser algo tan natural como respirar.

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Quienes lo valoramos de otra forma, somos conscientes de lo difícil que es ganar un torneo donde juegan 10 equipos y sólo gana uno.

Y como si fuera poco, ganarle la final a un Brasil que con Tite como entrenador no había perdido partidos de local.  Y sabemos, aunque algunos se enojen, que Tite y este Brasil son de los mejores.

Más allá de los cantitos que a todos nos gustan y el folclore sabemos lo difícil que es, y estamos agradecidos. Sabemos que, hasta antes de esta final al menos, lejos estábamos de ser el papá de Brasil, de hecho la última final que la selección Argentina le había ganado a Brasil fue en 1937, después perdimos en 2004, 2005 y 2007,  claro que en el medio hay partidos muy recordados como el del mundial Italia 90 con Diego Gardel Maradona y su Lepera personal, Claudio Caniggia. Por eso la hazaña de los Messi y Di María cobra más relevancia.

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Quizá quien piensa que al rival se lo achica con un par de patadas y un poco de actitud tal vez no valore lo suficiente la victoria de la selección, pero la mayoría estamos felices y agradecidos porque entendemos que hacer jugar mal a Brasil tiene un mérito enorme, y al que piensa que con un par de patadas basta para que el rival sienta miedo, que mire el partido de Neymar y de inmediato comprenderá que lo de intimidar al rival con patadas es un consuelo amateur.

Seguramente algunos muy cómodos, desde un sillón en su programa de la tarde, dirán que para los jugadores es un deber dar la vida por la camiseta. Tal vez a estos tipos no valoren o no les llame la atención ver a un jugador arriesgar su integridad física y jugar con el tobillo sangrando como Messi y Montiel o recuperarse en una semana de una distensión de ligamentos como Cuti Romero, y ni hablemos del esfuerzo mental de estos jugadores, aislados, sin ver a sus familias (algunos de ellos fueron padres en estos días) y que priorizaron seguir en el plantel de la selección. Se lo agradecemos. Yo en particular –que cuando refresca un poco les digo a mis compañeros que no le peguen tan fuerte a la pelota porque “quema”– les agradezco el esfuerzo.

Y le agradecemos a los defensores que les tocó marcar a estos cracks con lo difícil que es, porque el que tiene la pelota tiene las de ganar y el defensor tiene las de perder y ellos la tuvieron mucho y son buenos de verdad. Hasta el arquero Ederson, que ni siquiera se le mueve un pelo cuando lo presionan con la pelota en los pies y sale jugando, como si nada.

Y le agradecemos al Dibu Martínez, porque sabemos que atajar en la selección es algo un poquitito más complicado que decirle un par de palabrotas a unos fulanos. Eso lo hacen todos se los aseguro, pero atajar 3 penales en una semifinal lo hacen sólo unos pocos.

Y estamos felices y le agradecemos a Lionel Scaloni, que primero armo un equipo y después lo trajo a Messi para que se sume, porque con la del Messias no había funcionado, porque el colectivo es la base.

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Quizá a muchos nos queda la espina de pensar que la selección no se lució como nos hubiera gustado, pero también sabemos que el rival juega y acá nos enfrentamos a rivales de primer nivel que también intentan imponer condiciones y hay momentos de los partidos en los que hay que NEGOCIAR: negociar el control de la pelota, negociar la presión, negociar el desgaste físico, si achicamos para adelante o para atrás, entre otras cosas y eso no implica claudicar en todo, simplemente, como en la vida, requiere reconocer que hay un OTRO, un otro que existe, que también juega y que también tiene jerarquía y en todo caso de lo que se trata es de en un proceso construir algo que nos permita estar en mejores condiciones a la hora de negociar, al momento de reconocer al otro que también juega. Pero esto ya forma parte de un debate más profundo vinculado a la estructura de nuestro fútbol.

Hoy entre tanta pálida, y con el Diego como jefe espiritual futbolístico, nos toca festejar un rato y agradecer.

Publicado en Río Bravo el 11 de julio de 2021

Publicado en Otras yerbas
Lunes, 07 Junio 2021 05:53

Del Trinche para el Pulga

Un relato ficticio de Leandro Pipo Gillig, nuestro cronista futbolero, pero que bien podría ser real. El Trinche Carlovich le escribe una carta desde el más allá al Pulga Rodríguez. ¿Cómo, por qué y para decirle qué? Leela, no te quedes con las ganas…

Publicado en Otras yerbas