El más imperfecto de todos los dioses. El más D10S de todos los argentinos. Tan único como simple y tan simple como irrepetible. Tan contradictorio como ninguno, y tan fiel a los humildes como solo vos podías serlo.
Jugaste como nadie, pero eso no fue lo único. Quedaste tatuado en mi piel y en centenares de miles de las pieles más curtidas y sufridas, y en algunas que nunca sabrán lo que es transpirar por trabajar. Siempre, pero siempre enfrentaste al poder y eso no solo no se olvida, sino que no se negocia. Como la pelota.
Hablaste mucho. Mucho no es demasiado. Te equivocaste como todos y todos, y quizás un poco más. Pero siempre fuiste de frente. Y diste marcha atrás muchas veces, pidiendo perdón como pocos.
Nos dejaste mil frases. Nos hiciste reír como en los asados de los amigos.
Siempre hablaste en contra de las drogas, jamás hiciste apología. Que jugador hubiese sido si no me hubiese drogado, nos dijiste a todos.
Llorabas delante de todos como un hombre, en un mundo donde los hombres no lloran en público. Y nos hacías llorar en público hasta a los pelotudos que no lloramos en público.
Humillaste a los ingleses cuando los pibes de Malvinas aun eran pibes, y eso es eterno. Único. inolvidable.
Estas colgado en la pared de chapa del ultimo ranchito del lugar más pobre de la Argentina. Pero también en la pared de cemento del lugar más cheto del mundo mundial, con los rulos prepotentes, la redonda en la zurda y la celeste y blanca inmortalizada.
Feliz cumple. Dicen que los eternos no se van nunca. Por ahí es verdad. Pero yo te extraño como a pocos.
(*) Tomado del muro de Facebook del escritor Ariel Olivieri
Publicado por Río Bravo el 30 de octubre de 2023
Sentimientos inconmensurables atraviesan a millones de argentinos por estos días. Son parte de una trama emocional hecha de anécdotas, vivencias y recuerdos en los que la 10 celeste y blanca y la pelota son denominadores comunes de nuestras alegrías, expectativas, frustraciones y esperanzas. En este relato escrito previo al inicio del mundial de Qatar, Claudio Puntel nos habla de una espina clavada que los amantes del fútbol (y de las pasiones que despierta) soñamos con sacarnos desde hace 28 años.
“Los que transitamos nuestra infancia en los '80 sentimos que quedó atrás para siempre una parte importante de nuestras vidas”, dice Santiago Mac Yntyre en esta cálida y conmovedora evocación. Consciente de que no podría escribir sobre ninguna otra cosa, nos ofrece este video realizado con la voz de Nicolás Batalla. Y nos recuerda cuánto fue parte de su (nuestra) felicidad el pibe de Villa Fiorito que conquistó el mundo mientras “intentábamos comprender de qué se trataba la vida”.