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Martes, 20 Septiembre 2022 10:22

Reato: "Cuesta que el trabajador de comunicación y prensa asuma esa condición de trabajador"

Escrito por Santiago Mac Yntyre

El integrante del Sindicato Entrerriano de Trabajadores de Prensa y Comunicación (SETPyC), Fabián Reato, dialogó con Río Bravo sobre el panorama actual de los trabajadores del sector: el crecimiento del cuentapropismo, la precarización laboral y los desafíos para la organización gremial en medio de ese panorama, son algunos de los ejes que abordó.  

De la redacción de Río Bravo

Las complicaciones propias de la pandemia, un proceso de intervención de la federación que los nuclea (la FATPREN) por parte del Ministerio de Trabajo –situación que se normalizó hace pocos meses y que impidió la convocatoria a elecciones– imposibilitaron la renovación de autoridades del SETPyC en los últimos dos años.

No obstante, superados esos escollos, quienes integran la comisión directiva electa en 2019 –entre ellos Fabián Reato, secretario adjunto mandato cumplido– admiten que se encuentran con serias dificultades para lograr una mayor participación de los trabajadores en la vida sindical, por lo que aun no hay definiciones en torno al proceso de recambio. Y esas adversidades no son ajenas a las condiciones laborales y las transformaciones producidas en el llamado "modelo de negocio" del periodismo en las últimas décadas.

Las primeras complicaciones aparecen desde el punto de vista legal: los sindicatos se forman, según la Ley 23.551, con trabajadores en relación de dependencia. "En el caso de nuestro gremio eso es casi inexistente", describe el periodista y escritor, dirigente del SETPyC, dando cuenta de una situación que describe en gran medida la realidad actual de los trabajadores del sector, y agrega: "La mayoría está en condiciones laborales muy  precarias o son monotributistas, gente que autogestiona su lugar de trabajo. Entonces, los que estamos en relación de dependencia somos prácticamente una rareza, una minoría".

Por eso, implica un desafío "integrar a todos estos trabajadores legalmente, que puedan formar parte" de una entidad sindical.

De la experiencia colectiva de trabajo al cuentapropismo

Esta misma situación de precariedad laboral y cuentapropismo lleva consigo un montón de responsabilidades y obligaciones extraperiodísticas que atentan en gran medida contra la organización colectiva que nutre la vida de los sindicatos. Así, Reato entiende como "un gran obstáculo (...) la falta de compromiso gremial", y lo explica de esta manera: "Por toda esta situación, cuesta que el trabajador de la comunicación y de prensa asuma esa condición de trabajador".

Con las grandes redacciones que van quedando en el pasado y la desaparición –¿o transformación?– de esos espacios de experiencia colectiva, fue ganando terreno cada vez más "la lucha personal, día a día, por conseguir un espacio, por conseguir una publicidad y el sostenimiento de esa fuente de trabajo que cada uno va creando. Por eso es una situación muy difícil para todo nuestro sector, que se dificulta más con el desarrollo de las nuevas tecnologías y de las redes sociales, que ha hecho mucho más complejo todo el panorama y toda esta situación", dice uno de los sobrevivientes del proceso de vaciamiento de El Diario de Paraná,

Reato es protagonista y testigo de esta transformación del llamado "modelo de negocios" del periodismo y reconoce que la mención de esa extinción paulatina de las grandes redacciones le toca "una cuerda sentimental": "Yo tuve la suerte de haber trabajado en redacciones importantes en la cantidad de gente, en El Diario, anteriormente en Nueva Hora y Hora Cero y la redacción que es algo que ya casi no existe, por lo menos en nuestros medios, es un lugar muy importante para la formación periodística, porque es el lugar donde se daba el contacto entre las antiguas y las nuevas generaciones, un lugar de aprendizaje. Y después está la oportunidad de sentirse parte de un colectivo de trabajadores, de estar todos juntos en esto. Lamentablemente creo que cada vez tendemos más a lo individual y a esto de lucharla cada uno sólo, porque es así la realidad que se está imponiendo".

De todas maneras, esas transformaciones producidas en el funcionamiento y financiamiento de las empresas periodísticas fueron utilizadas por la patronal, en muchos casos, como excusa para incrementar y justificar la precarización laboral de los trabajadores y, como sucedió con El Diario, generar verdaderos procesos de vaciamiento y enfocar los negocios hacia otro lado sin importar, como en este caso, el destino los trabajadores que durante décadas fueron los generadores de ganancias para los propietarios. Tal es así que, a cuatro años de haber sido despedidos del matutino fundado por Luis Lorenzo Etchevehere, 80 trabajadores siguen sin cobrar su indemnización.      

Cuánto valen mil palabras

Como parte de este ya no tan nuevo escenario laboral, es cada vez más común que los periodistas y comunicadores se encuentren ante la situación de tener que ponerle valor a su propio trabajo, en forma individual, sin una organización detrás y con un ejército de cuentapropistas que presiona las tarifas a la baja.

¿Cuánto valen mil palabras? ¿Cuánto una crónica, un informe? Son preguntas para las cuales los periodistas de vieja escuela en  aquellos años seguramente no tendrían respuestas fáciles –sin ánimo de convertir el pasado en panacea ni querer pintarlo color de rosas. Tampoco las tienen las nuevas generaciones de periodistas y comunicadores.

En respuesta a esa realidad, en el mes de junio, por iniciativa de la facultad de Ciencias de la Educación –en conjunto con el sindicato– se elaboró un tarifario, luego actualizado en agosto, que establece al menos una referencia a la hora de poner valor a los trabajos.

La iniciativa de casa de la estudios y de su decana, Aixa Boeykens, "era una cuestión altamente necesaria", destaca Reato, que celebra "ese vínculo de la facultad con la realidad laboral". "Todos los trabajadores en algún momento nos encontramos ante esa situación que o bien no sabemos cuánto vale nuestro trabajo o bien no es reconocido por el que paga ese trabajo. Entonces nos encontramos en una zona totalmente arbitraria y a merced de lo que nos quieren pagar", reconoce.

Pero no se trata sólo de definir cuánto cobrar o, al menos, cuánto pedir, sino del valor de hacerlo colectivamente en un contexto que tiende a atomizar las experiencias laborales, "la importancia de que también nos juntemos para algo que tiene que ver con nuestro trabajo y no es ya una cuestión individual que yo voy y negocio y reclamo por mi cuenta".

Publicado en Río Bravo el 20 de septiembre de 2022

Modificado por última vez en Martes, 20 Septiembre 2022 10:57

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