Desde las más descabelladas teorías conspirativas que incluían la introducción de un chip en el cuerpo de las personas vacunadas, pasando por argumentos pseudocientíficos que convirtieron términos científicos como "fase 3" en expresiones de uso común aún sin saber bien de qué se trataba, hasta la legítima desconfianza sobre los verdaderos intereses de los grandes laboratorios y la promoción de curas o protecciones milagrosas como el dióxido de cloro y el agua alcalina; todo conducía a desalentar a la población respecto de la necesidad de vacunarse.
La foto es lapidaria: fracasaron. Lamentablemente, los intereses corporativos de los grandes monopolios que controlan la producción de medicamentos hacen que, sobre en todo los países pobres o dependientes como la Argentina, el grueso de la población aún no haya tenido acceso a la inmunización. Cabe imaginarse lo podría haber ocurrido si seguíamos los consejos y pedidos de una ex Ministra de Seguridad que apenas iniciada la pandemia promovió y alentó manifestaciones desafiando las medidas sanitarias dispuestas y no hace mucho exigió que las vacunas dejaran de distribuirse por el sistema de salud pública y quedaran sometidas a la libertad de mercado.
Pero, pese a todo, la campaña de vacunación avanza. A las 9:40, unas 150 personas forman una larga cola sobre Avenida Don Bosco que crece minuto a minuto, a la espera de recibir su dosis y, con ella, cierta tranquilidad respecto de los riesgos a los que están expuestos frente al virus que, por ahora, no detiene su paso.
Es que este lunes, desde el Ministerio de Salud de la provincia, organizaron una jornada especial para poder inocular a mayores de 65 años que no hayan recibido aún la primera dosis, en el Complejo Escuela Hogar.
"Si te toca será más leve", dice sobre su decisión de vacunarse María Cristina, que concurrió sin turno debido a que no recibió la convocatoria pese a haberse registrado.
Pese al frío de la mañana, esos trabajadores, jubilados, profesionales y amas de casa engrosan la nutrida fila, sin que ninguna profecía catastrofista haga mella en el simple deseo de cuidar su salud. De hecho, según datos oficiales, en Entre Ríos se vacunó el 80 por ciento de los adultos mayores de 70 años y hasta el viernes pasado se llevaban aplicadas, en total, 244.401 dosis.
"Yo confío en la efectividad de la vacuna, por supuesto", dice Oscar, que tiene varios familiares y allegados que se inmunizaron "sin ningún problema", asegura.
Mauricio llegó sin turno debido a que estaba trabajando fuera de la ciudad cuando le tocó el turno y concurrió este lunes aprovechando la convocatoria a vacunarse: "Es la única posibilidad que uno tiene de estar en mejores condiciones sanitarias", dice sobre la vacuna.
Estos pequeños testimonios tomados al azar, entre decenas de ciudadanos, son una pequeña muestra de lo lejos que los discursos mesiánicos están respecto de las necesidades y percepciones de la realidad del conjunto de la población. Pese a la amplificación mediática y la viralidad de algunos discursos en las redes sociales, la realidad se ve en los centros de vacunación.
Publicado en Río Bravo el 10 de mayo de 2021