Una nueva mortandad de peces fue registrada en el arroyo El Curro, en la ciudad de Concepción del Uruguay. La denuncia fue realizada por la organización ambiental Salvemos Río Uruguay a través de sus redes sociales, acompañada por imágenes que muestran decenas de peces sin vida flotando en el curso de agua.
El hecho se repite por enésima vez en los últimos años y reaviva las preocupaciones por la contaminación crónica del arroyo, ubicado en cercanías del barrio del Círculo Católico. “Una vez más, vecinos alertaron sobre la presencia de peces muertos”, señalaron desde la organización, al tiempo que remarcaron que la situación “ya se ha repetido en varias ocasiones durante los últimos años”.
Aunque aún no se difundieron peritajes oficiales, desde Salvemos Río Uruguay apuntaron a una combinación de factores estructurales y responsabilidad institucional. “Es evidente que el Curro recibe grandes volúmenes de efluentes industriales, aguas residuales sin tratamiento adecuado y desechos orgánicos provenientes de frigoríficos”, expresaron en el comunicado. También advirtieron que el escaso caudal del arroyo profundiza el impacto de la contaminación, y que “su degradación es visible a simple vista”.
Pese a esto, cuestionaron que ante cada nuevo episodio de mortandad, “las autoridades han insistido en atribuir los hechos únicamente a factores ambientales, sin investigar ni actuar sobre las fuentes de contaminación”.
La organización consideró que estos episodios son una “señal de alarma ambiental que no puede ser ignorada” y reclamó medidas concretas. Exigieron controles efectivos a las industrias y frigoríficos de la zona, monitoreo permanente de la calidad del agua en arroyos y afluentes, y la publicación transparente de los resultados de los análisis que se realicen.
“El agua es un bien común y su protección debe ser una prioridad. No podemos seguir normalizando estos eventos”, concluyeron.
La problemática del arroyo El Curro se enmarca en una serie de conflictos ambientales más amplios que atraviesan a Concepción del Uruguay y a toda la región del río Uruguay. Desde hace tiempo, diversas organizaciones sociales y ambientales vienen alertando sobre el deterioro de cuerpos de agua y la falta de controles efectivos sobre actividades industriales.
Este nuevo hecho se suma a las múltiples voces que, como informó anteriormente Río Bravo, cuestionan también la política de privatización y desregulación de los bienes comunes impulsada por el gobierno nacional. Tal es el caso de la Asamblea Popular convocada contra la licitación del dragado y balizamiento del río Paraná, un proceso denunciado por organizaciones como un intento de “entregar el control de nuestras vías navegables a intereses privados y extranjeros” (ver nota relacionada).
En ese marco, el reclamo por el cuidado del agua y de los ecosistemas cobra mayor urgencia, no solo por los impactos ambientales directos, sino también por sus consecuencias sociales y económicas en las comunidades que dependen de estos recursos. La contaminación de arroyos urbanos, como El Curro, es una expresión concreta de cómo las políticas de desregulación y ausencia de fiscalización afectan la vida cotidiana de miles de personas.
La reiteración de mortandades sin respuestas de fondo refleja, además, un patrón de desatención estatal que, según denuncian organizaciones como Salvemos el Río Uruguay, socava derechos fundamentales. “El agua es vida, y su degradación afecta tanto al ambiente como a la salud de las poblaciones”, insistieron.
Mientras tanto, los peces muertos siguen apareciendo y las respuestas siguen ausentes.
Foto: Lapirámide.net
Publicado en Río Bravo el 22 de julio de 2025