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Viernes, 26 Marzo 2021 03:18

El voluntario se estrenó a sala casi llena y apunta a festivales de cine independiente

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El estreno de la película dejó muy conformes a sus realizadores por la buena respuesta del público que, pese a las condiciones climáticas, casi agotó las entradas disponibles para las dos funciones de ayer en La vieja usina. "La película está en su etapa final hace prácticamente dos años y todo el 2020 estuvo en suspenso esperando que las condiciones de la cuarentena. Estrenarla fue culminar también un proceso de ansiedad que se fue dilatando en el tiempo", dijo a Río Bravo Nahuel Beade, productor del largometraje.

No es poco decir para una producción local hecha con mucho esfuerzo pero también con profesionalismo y creatividad estrenar un film con dos funciones a sala casi llena, dentro de las limitaciones que lógicamente imponen los protocolos sanitarios vigentes.

La salida de El voluntario a la pantalla grande dejó más que satisfechos a sus realizadores. "Estamos muy contentos de lo que pasó ayer en el estreno porque tuvimos las dos funciones bastante completas. A pesar de que el clima durante el día fue bastante hostil logramos casi el 100 por ciento de la concurrencia y la película tuvo buenas opiniones, creo que gustó y el evento salió como lo esperábamos", contó a Río Bravo Nahuel Beade, de la productora Corte Criollo.

El cineasta resaltó la satisfacción por el estreno luego de los avatares que atravesó el proceso de rodaje y posproducción –como resultado de factores económicos en un primer momento y luego a raíz de la pandemia– que hicieron que la llegada de la película al público llegara cinco años seis años después del inicio del trabajo.

"Fue una satisfacción de esas que tienen que ver con el sacarse unos pesos de encima. La película está en su etapa final hace prácticamente dos años y todo el 2020 estuvo en suspenso esperando que las condiciones de la cuarentena cambien para darle el último empujón y terminarla, pero siempre se postergaba. Estrenarla fue culminar también un proceso de ansiedad que se fue dilantando en el tiempo", destacó.

Respecto de las expectativas y objetivos de cara al futuro, Beade comentó: "Ahora la idea es mandar la película a festivales, de cine independiente sobre todo, ir por esa vía ya que es una película que tiene claras notas de proyecto independiente con todos sus matices y luego poder hacer alguna otra función en Paraná porque sabemos que hay mucha gente que se quedó con ganas de verla pero vamos a tener que esperar un tiempo para no quemarla y queremos hacer también algunas funciones en Santa Fe".

La película

La inestable vida de Alberto, quien lleva algunos años desempleado, y por lo cual decide acudir a un laboratorio a probar fármacos que luego serán analizados en su sangre, termina desmoronándose cuando Carmen, su pareja y madre de su hijo, decide abandonar la casa donde viven juntos.

Buscando respuestas, descubre que un viejo amor de ella, ha regresado a la ciudad trayendo consigo algunos secretos muy bien guardados.

En resumen, "la película intenta conectar con lo netamente entrerriano, no solo con su geografía, sino también con problemáticas que nos abordan colectivamente".

Esa es la síntesis de la historia que elaboró Pablo Corino, director de El voluntario, un film hecho en la capital entrerriana por realizadores paranaenses y la producción de Corte Criollo.

El nombre está vinculado con una experiencia personal del propio director, que fue construyendo su idea en un laboratorio donde estuvo algunas semanas como conejito de india, probando algunos medicamentos que estaban por salir al mercado.

Según recuerda Corino, el rodaje empezó en enero de 2015 bajo un sol abrasador. Se llevó a cabo enteramente en la ciudad de Paraná con un equipo técnico y elenco artístico local:  "La playa, el río y la ciudad de fondo formaban el escenario de la escena. Parte del equipo colocaba el travelling sobre la arena, mientras que algunos integrantes de la producción pedían a un vecino del lugar, que baje el volumen de sus altoparlantes los minutos que duraba la toma", describe, con ribetes pintorescos.

Aunque veinte días después tenían la película casi lista, faltaban algunas escenas para redondear el trabajo. "Lo que parecía que iba a retomarse después de algunos meses nos llevó cuatro años; concluyendo en 2019 gracias a un subsidio del entonces Ministerio de Turismo y Cultura de Entre Ríos, que nos permitió grabar las escenas restantes y la post producción de la película", cuenta el cineasta.

Lo que sigue es conocido, pocos meses después, pandemia mediante, comenzó un año sombrío para los realizadores audiovisuales y artistas de todo el país y, por qué no, del mundo. Poco a poco, muchos comenzaron a hacerse de nuevo un lugar a fuerza de creatividad y tecnología mediante.

Publicado en Río Bravo el 25 de marzo de 2021

Modificado por última vez en Sábado, 27 Marzo 2021 13:55

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