Este sábado se presentará en la sala Metamorfosis la obra del colectivo Teatro de Ocasión que conmemora la batalla que marca un hito en la historia de la lucha por la soberanía nacional.
Las violencias de género y de clase, las huellas de la pandemia, el encierro y la virtualidad en las subjetividades y en las relaciones sociales, Malvinas, las consecuencias sociales del cierre de los ferrocarriles y el medioambiente son algunos de los temas abordados entre las 18 obras que el público podrá disfrutar desde este martes y hasta el domingo en la Fiesta Provincial de Teatro, que se realiza en Paraná. "El teatro independiente tiene una sensibilidad y es permeable a las realidades sociales, políticas, culturales del pasado y su época", dijo a Río Bravo, Franco Morán, representante del Instituto Nacional del Teatro de la región Centro - Litoral.
La capital provincial será sede de una nueva edición de la Fiesta Provincial de Teatro, que se llevará a cabo desde el martes 16 al domingo 21 de mayo. Elencos provenientes de Concepción del Uruguay, Colón, Concordia, Gualeguaychú, Paraná, Viale se presentarán en distintos espacios, con entradas accesibles y descuentos para estudiantes y jubilados. Una obra será seleccionada para representar a la provincia en la próxima Fiesta Nacional del Teatro.
La secretaría de Cultura de Entre Ríos y la municipalidad de Concepción del Uruguay convocan a elencos teatrales para una nueva edición del Encuentro Entrerriano de Teatro. La fiesta teatral se realizará en La Histórica del 25 al 28 de agosto de 2022. Las postulaciones se podrán presentar hasta el 17 de junio.
La iniciativa, tras un proceso de elaboración colectiva de casi un año, se presentó en la Cámara de Diputados a fines del año pasado. Apunta a la declaración de interés público de la actividad, con el objetivo de apoyar e impulsar su desarrollo y el de los trabajadores del sector. Piden "con urgencia" su tratamiento.
La invitación, pública, virtual y gratuita, es un anticipo de la obra que se estrenará cuando las condiciones y las medidas en resguardo de la salud pública lo permitan. La interpretación y el montaje, virtual para esta ocasión, son creaciones de la artista entrerriana Carina Resnisky. El evento, apto para todo público, se podrá ver a través de su muro de Facebook el domingo 19 de julio a las 16hs. La propuesta ha sido seleccionada en el Concurso Nacional de Actividades Performáticas en Entornos Virtuales realizado por el Instituto Nacional del Teatro (Argentina, 2020).
“Me lo contó el pibe…”
La obra es una selección de cuentos inéditos de Adolfo Perez Esquivel (Premio Nobel de la Paz) acompañados de sus dibujos, narrados a través de una antigua técnica juglaresca japonesa: el “kamishibai” (teatro de papel).
Consiste en un paseo por las vivencias de un niño con el ‘paisanaje’, esa mezcla de gente y paisaje de los barrios porteños de La Boca y San Telmo, decáda del 40’, siglo XX en Buenos Aires (Argentina). La inmigración con sus mixturas culturales, la solidaridad en la comunidad, historias y personajes que se impregnan en el recuerdo como testimonio, funcionan como un valioso documento de identidad en la memoria oral de los pueblos.
Carina Resnisky
Nativa de Concepción del Uruguay, desarrolla su actividad escénica (actriz, directora y docente) también en Buenos Aires y Zaragoza (España). Integra el grupo de “Artistxs Autoconvocadxs para crear una Ley Provincial del Teatro Independiente en Entre Ríos.” Por otra parte, con un grupo de vecinos del Barrio San Isidro (de Concepción del Uruguya), impulsa una biblioteca comunitaria y un centro de documentación teatral "Félix Oscar Gutiérrez" , enfocado en la trayectoria de este referente cultural y de las artes escénicas de la región.
FIcha
"M e l o c o n t ó e l p i b e ..."
Cuentos y dibujos: Adolfo Perez Esquivel
Interpretación y montaje virtual: Carina Resnisky
D O M I N G O 1 9 D E J U L I O, 1 6 hs (Argentina)
En VIVO por FACEBOOK de C A R I N A R E S N I S K Y
Aquí el enlace para ver EN VIVO
Publicado por Río Bravo el 18 de julio de 2020.
Teatreros de diversos puntos de la provincia vienen trabajando desde enero en la elaboración de un proyecto de Ley provincial que ya fue presentado a la comunidad teatral y que apunta a la declaración de interés público de la actividad, con el objetivo de apoyar e impulsar su desarrollo y el de los trabajadores del sector. En los últimos meses –debido a la pandemia de Covid19 y las medidas de aislamiento social– continuaron trabajando con asambleas virtuales, donde se siguen realizando aportes al texto que esperan presentar en septiembre en la Legislatura provincial.
El viernes 14 de febrero, con la modalidad de conversatorio, el público en general fue convocado al teatro 3 de Febrero desde la Municipalidad de Paraná para tener un encuentro con la actriz de Relatos salvajes y La odisea de los giles.
A las 18 en punto hizo su aparición en el hall del teatro Rita Cortese, con un paso lento pero firme propio de quien ha caminado por las desventuras de la vida. La recibimos con un aplauso cerrado. Agradeció la calurosa bienvenida y se perdió detrás de la puerta de ingreso. La vimos alejarse esperando ansiosos que dieran sala. Sobran los motivos para encontrarse a conversar con artistas cuyos trabajos nos vienen emocionando desde hace décadas.
Aunque el conversatorio es una modalidad cada vez menos extraña en los ámbitos académicos, que busca superar las estructuras rígidas de las exposiciones, no es tan corriente como modalidad de encuentro con los artistas. Quienes estábamos allí, sin duda queríamos escuchar a Rita, cuya trayectoria no se detiene en el cine y en la pantalla chica. Ha participado de innumerables puestas en escena como actriz y como directora y, hacia el 2008, como si los caminos artísticos no supieran de límites, presentó su primer disco como cantante de tango; El amor, ese loco berretín, con el cual obtuvo el premio Carlos Gardel. Los motivos para conversar con ella eran múltiples, desde conocer su mirada como artista hasta escuchar el devenir de una historia de vida asociada a la lucha por la democracia y por las causas populares. Y también, por qué no, había quienes querían saber detalles de un mundo lleno de luces y sombras que nos seduce a diario con su espectacularidad.
Sin embargo, cuando las puertas se abrieron e ingresamos al pasillo de planta baja, los acomodadores nos impidieron ocupar la platea. Esa tarde no seríamos solamente público. Nos condujeron al escenario, el lugar de las estrellas, donde actores y actrices entregan su alma, donde exhiben sus artes para que el espectador -según palabras de Rita Cortese- “se deje atravesar, conmover, interpelar por lo que el artista está realizando”. A ese territorio sagrado del artista fuimos invitados a conversar.
Las primeras miradas de asombro se completaron cuando advertimos que, dispuestas como un abanico, desde el fondo y de frente al proscenio, más de cincuenta sillas nos aguardaban para que las ocupásemos.
Dos mesas rectangulares, cubiertas por manteles negros, ubicadas en el filo del proscenio, se dejaban encandilar por una iluminación viva a la espera de los actores. No estaba claro por qué estábamos allí, qué sucedería pero la famosa cuarta pared de la que tanto se habla en el teatro se cerraba en la boca del escenario otorgándole al espacio escénico una intimidad intensa. Estábamos allí el público, la pequeña escenografía y la historia viva de un escenario atravesada por afiches de antiguos espectáculos, y travesaños desde donde cuelgan sogas, telones, y luces. Cuando Rita Cortese ingresó al escenario fue acompañada de los organizadores, entre quienes se encontraban la actriz y profesora de teatro Charo Montiel, quien explicó el modo en que la jornada habría de desarrollarse.
No se trataba tan solo de un conversatorio. Aprovechando la experiencia de Rita, se convocó a estudiantes de primer año de la carrera de teatro perteneciente a la UADER para que ensayaran dos escenas bajo la mirada atenta de la directora. Sin alocuciones grandilocuentes, Rita explicó el trabajo que realizaría en momentos con los jóvenes estudiantes. Habló de la soledad del artista en el escenario, de la exposición a la que se someten quienes deciden ponerle el cuerpo al teatro y de la desnudez de exhibirse ante la mirada escrutadora del público. Nombres como los de Peter Brook, Meyerhold y Constantin Stanislavski, alumbraron las frases que fue desgreñando sobre el trabajo del actor y los desafíos de expresar algo más que un texto. Los desafíos de habitar la palabra.
El tiempo que duró el ensayo estuvo inundado por el silencio; solo los actores y las actrices exponiéndose en cada escena, y la voz sabia y amorosa de la directora provocando las actuaciones: “No te muevas, no digas nada. Vos vení, mirala de cerca, en silencio, apoyale la cara en el hombro, en silencio. Cuando hables, no te olvides que el dolor te atraviesa, te estás por separar”. Las indicaciones iban al detalle, buscando, indagando con el actor cómo y cuándo hablar. El texto es un pretexto. No es un fin, es algo que el actor dice cuando puede sentir la profundidad de lo que está por decir.
Los espectadores pudimos ver a una mujer de setenta años apasionada por su trabajo, yendo, viniendo, provocando y hasta poniéndole el cuerpo para que el actor se viera obligado a empujar para pasar. No los estaba dirigiendo, estaba dando una clase de teatro en el sentido antropológico del término. Los artistas se construyen en los procesos de indagación. “No hay un modo de alcanzar un personaje, hay muchos recursos por explorar. Muchos caminos”, dijo en sus intervenciones, mientras los presentes podíamos advertir que además de los caminos, de las causas y los para qué, están los sentimientos, el cuerpo, la energía y la incomodidad del desequilibrio. “No descanses, no te relajes. Ponete de costado y agarrate fuerte del sillón. Tu mano debe estar todo el tiempo apretando el sillón y desde ahí intenta levantarse, pero no puede porque está borracha”.
El teatro es el arte de la repetición, decía y les pedía a los actores que volvieran a empezar incorporando los cambios. Los presentes asistimos al taller donde se fraguan los personajes, al trabajo de volver sobre los pasos, una y otra vez, buscando determinado modo de mirar, de decir, de abrazar. Y pudimos ver cómo nuestras y nuestros jóvenes estudiantes escuchaban y se apropiaban de cada sugerencia para llenar de vida a sus personajes. Para que las contradicciones de la vida llenaran sus personajes.
“El teatro nos enseña que es un arte colectivo. Como en la vida, nadie se salva solo, siempre nos salvamos con otros”, dijo Charo Montiel en una devolución hacia el final, a lo que Rita agregó: “El actor tiene una ideología. Esa ideología determina un modo de vivir, de sentir la vida. Esa ideología es necesaria para la composición del personaje”. Lo dijeron y quienes escuchamos, tuvimos la certeza de que aquellas palabras no hablaban solo de teatro.
Cuando se habilitó el espacio de las intervenciones, el micrófono pasó de mano en mano entre el público, preguntando, buscando respuestas incluso sobre hechos de la vida que exceden el teatro. La palabra rodó y puso en marcha el conversatorio que pretendía ceñirse al teatro pero que lo desbordaba con la vida. El teatro es eso, un modo de representar la vida. Y Rita Cortese puso en valor la importancia de vivirla. No lo dijo, no lo expuso, su trabajo sobre el escenario, la pasión de poner el cuerpo para que unos jóvenes actores en formación recibieran esa donación, ese conocimiento entregado como una ofrenda, nos devuelve al círculo de la vida. Ese círculo donde los mayores entregan todo cuanto saben a las jóvenes generaciones, sin mezquindades, sin pedir nada cambio, solo por el hecho de la preservación. La vida está en la preservación. Rita lo sabe, por eso nos dijo “la palabra hay que habitarla, hay que vivirla”. Lo dijo para que los actores entendieran la importancia de sentir la palabra. Pero todos los que estábamos allí, por esas licencias del arte que nos permite explotar las metáforas, entendimos que no solo hablaba de la palabra.
Publicado por Río Bravo el 15 de febrero de 2020.