Días atrás, el director de Recursos Naturales y el Área de Bosques Nativos de Entre Ríos, Mariano Farall, hizo declaraciones públicas en referencia a la pérdida de importantes áreas en Entre Ríos a partir la práctica de desmontes ilegales.

“El área técnica está trabajando sobre numerosos expedientes referidos a los desmontes ilegales a lo largo y ancho de la provincia. Se están investigando las denuncias, a la vez que se están ejecutando sanciones, multas pecuniarias, incluso planes de reforestación compensatoria por los daños ocasionados hacia el ambiente”, expresó el funcionario, que hizo referencia a las acciones y las funciones del organismo a su cargo y reconoció la pérdida de 4.000 hectáreas en los últimos 18 meses.

Cabe señalar que, según el último ordenamiento territorial, los bosques nativos entrerrianos ocupan alrededor de 1,9 millones de hectáreas de la superficie provincial, es decir, más del 25%.  

Malestar y críticas

Desde las organizaciones ambientalistas entienden que con estas declaraciones de Farall y con la información vertida, lo que hace el Estado entrerriano es correrse de su responsabilidad en torno a los desmontes y subestimar la magnitud del problema: "Se ha acentuado en los últimos tiempos el desmonte, y esto no podría suceder sin el aval implícito o explícito de los gobiernos, porque si bien existe legislación provincial, nacional con sus respectivas adhesiones provinciales, incluso el gobierno promociona distintas vías para que la vecindad pueda denunciar, lo cierto es que el desmonte sigue", señalaron.

Así mismo, hicieron referencia a estudios que pintan un panorama mucho más grave que el que refleja el mapa de Ordenamiento Territorial del Bosque Nativo, según el cuál la superficie es de 1.861.328 hectáreas; más del 23 por ciento del total del territorio provincial.

En este sentido denuncian que Entre Ríos tiene más del 90% de su superficie desmontada: "Hay estudios que dan cuenta de la existencia de menos de 600 mil hectáreas de monte nativo a diferencia de los datos que se brindan como actuales desde dependencias del Estado".

Por otro lado, ponen en duda la eficiencia de los mecanismos implementados para la recepción de denuncias a los fines de poner freno a la destrucción de los ecosistemas y castigar a los responsables. Tal es así que cuestionan la  existencia de casos de "vecinos que denuncian pero que en la mayoría de las ocasiones no tienen repercusión sus pedidos".

Las organizaciones ambientalistas advierten sobre las consecuencias del avance del desmonte, "sea acentuar la expulsión de las poblaciones rurales (...), las olas de calor que sin esos microclimas que genera el monte nativo las consecuencias son devastadoras", y en ese marco, hacen referencia a los distintos incendios registrados en los últimos tiempos.

La perdida del monte nativo y sus causas

En un estudio titulado "El Espinal entrerriano. Una perspectiva integral para su cuidado", publicado en 2022 por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), con participación de investigadores del CONICET, el propio INTA y la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), entre otras instituciones, se analiza que los bosques del Espinal entrerriano "han sido utilizados de manera intensiva durante los últimos dos siglos, especialmente, para extraer recursos madereros (leña, madera, carbón, postes), junto con la cría extensiva de ganado y la caza, entre otros fines. A partir del siglo XX, estos bosques experimentaron un proceso acelerado de pérdida y fragmentación, como consecuencia de su reemplazo por cultivos agrícolas y pasturas, con una reducción del 70 % de la superficie, entre 1914
y 2016".

La recuperación de bosques como consecuencia de las dinámicas propias de estos ecosistemas y las limitaciones que la naturaleza impuso al desarrollo de la agricultura y el reducido potencial forestal de los bosques remanentes en la actualidad dio lugar a la proliferación de la ganadería bovina extensiva.

No obstante, entre las principales causas de reducción del monte nativo, el estudio menciona "la conversión de áreas de bosque en áreas agrícolas, debido a la creciente demanda de tierras para la agricultura", como una de las principales problemáticas en el Espinal, a lo que se suma "el crecimiento urbano no planificado y la expansión del desarrollo de infraestructura, que abarcan áreas de importancia ambiental, incluyendo los bosques nativos".

Publicado en Río Bravo el 4 de febrero de 2023