Un cuento de Liliana Hecker llamado “La fiesta ajena” vino a mi mente mientras veía a Boudou cantando junto al líder de La Mancha de Rolando después de la votación en el Congreso. La narración de la talentosa escritora nos habla de la pequeña Rosaura, una nena pobre que cree ser invitada al cumpleaños de Luciana: la niña rica de la casa en la que trabajaba su madre. Con toda la ilusión y la inocencia propia de los nueve años, se presenta en la celebración, y de a poco se va dando cuenta que en realidad fue contratada para ayudar.
Da mucha pena saber que para muchos pronto llegará la desilusión que sintió Rosaura, cuando se dio cuenta que no querían celebrar con ella. Porque si bien la expropiación del 51% de las acciones de Repsol es un avance, respecto al entreguismo de las últimas décadas, no amerita títulos como “Volvió YPF” (Página12) o “Argentina recuperó YPF” (Tiempo Argentino). También resulta bizarra la presencia del nieto de Scalabrini Ortiz y el sobrino de Jauretche en CN23, del grupo oficialista de Sergio Spolzski, quien recibió 123 millones de pesos en publicidad oficial durante 2011. Como si la ideología o la honestidad intelectual fueran hereditarias. En ese caso serían inexplicables las trayectorias políticas de Carlos Vladimiro Corach y Carlos Federico Ruckauf, ambos menemistas acérrimos e hijos de marxistas.
Sociedad Anónima Para Todos
Volviendo al tema principal, estamos lejos de lo que necesitamos. Muy lejos. Más aún si empezamos entregando el manejo de YPF a De Vido, que es uno de los funcionarios más corruptos de la historia argentina, responsable de la tragedia de Once (por los subsidios a Cirigliano y por su delfín Schiavi), que tiene asesores de la talla de Roberto Dromi, emblema de la corrupción menemista. Tampoco es saludable ver cómo se busca desesperadamente la asociación con capitales chinos, ingleses, o del imperialismo que vengan. El “modelo Petrobrás” del que habla Cristina, nos alejaría de una YPF cien por ciento estatal, con control obrero, y nos deja a las puertas de una nueva privatización encubierta. Finalmente, la única explicación que se encuentra para la decisión de constituir una sociedad anónima, en vez de una estatal, es evitar los controles. Es decir, seguir robando.
¿Festejamos?
Otra de las preguntas que me daba vueltas es: ¿qué hacían Yasky y Baradell abrazados a Boudou en la puerta del Congreso? Parece que ya se olvidaron de la agresión de Cristina a los docentes y los magros aumentos otorgados para este año. ¿Se viene el dúo Yasky-Caló, ahora que la unión de los Hugos se rompió? Evidentemente, a los truchi-progresistas les sienta mejor un spa en Puerto Madero que la lucha de los trabajadores por no cargar la crisis sobre sus espaldas. Mientras tanto, Cristina llama a suspender los piquetes. Como si tuviera alguna autoridad moral para indicar los métodos de lucha que son correctos y los que son incorrectos. “Mientras no salte la bronca el norte no manda palos”, dice la letra de Señor Cobranza. Está avisando. Si después reprime no se quejen.
La necesidad es la medida de todos los pueblos. En ese sentido, la inflación y los sueldos insuficientes pactados entre la patronal y Cristina están sembrando mucha bronca. La expropiación de las acciones de Repsol respondió a ese descontento, y tapó la tragedia de Once y la corrupción de los funcionarios por unos días. También le dio unas bocanadas de aire al Gobierno para pensar su próximo espectáculo de fuegos artificiales. A los que laburan, a los que la pelean todos los días, no les han dejado nada. Y encima los quieren hacer pagar los platos de esta orgía, con deuda externa y todo. Pero juegan con fuego. No se dan cuenta que nadie choca dos veces con la misma piedra, y que este verso les va a costar. Más temprano que tarde, alguien va a tener que responder por todas las desilusiones. E indudablemente los tomará por sorpresa. Porque no hay relato que pueda frenar al pueblo unido por su libertad.