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Viernes, 18 Febrero 2011 09:57

Una riqueza en las salmueras

Escrito por Claudio Puntel
Por Claudio Puntel - A 5 mil metros sobre el nivel del mar, Argentina guarda un océano de sal. Allí, a simple vista sólo hay desierto, pero debajo de la corteza se encuentran enormes depósitos de solución de sales y litio.

En las cumbres de Salta, Jujuy y Catamarca, los piletones de salmuera someten el agua a evaporación para dar lugar a la decantación de cristales de un metal que en poco tiempo estará presente en todos los aparatos electrónicos. Hablamos del litio, componente fundamental para reducir el tamaño y aumentar la capacidad de carga de las baterías de los celulares, notebooks GPSs y vehículos eléctricos. Se trata de un recurso energético estratégico.


El litio es un elemento químico escaso, que puede aparecer en las rocas pegmatitas o en las salmueras de los salares. En los últimos 10 años, su consumo mundial creció 5% y ronda unas 100 mil toneladas anuales, pero se espera que la demanda ascienda a 400 mil toneladas en 2025. Este mineral se encamina a reemplazar al petróleo como fuente de energía.

Si bien el litio representa 5% del costo de una batería Li-Ion, es su principal componente y el que facilita la disminución de su tamaño y permite su funcionamiento inteligente, reduciendo el efecto memoria.

El triángulo del litio

En Argentina, Chile (Atacama) y Bolivia (Uyuni) se encuentran los vértices de un triángulo que contiene el 83% de las reservas mundiales de litio que ya comenzaron a ser explotadas. En nuestra Puna ya se encuentran asentados grupos como Ady Resources, Minera del Altiplano (empresa subsidiaria de FMC, que lleva varios años explotando oro y litio en Catamarca), Ekeko, Sales de Jujuy (perteneciente a Orocobre, de capitales australianos),  Exar, Rodinia, Bolera, South American Salars, Lithium I, Solitario Argentina, Latin American Salars. En la Puna argentina hay más de 400 mil hectáreas de salares con potencialidad de litio.

Estas empresas llevan invertidos unos 60 millones de dólares en exploración y se prevé otros 1000 millones más aplicados a la etapa de producción. En la Argentina hay suficientes recursos humanos y tecnológicos como para la instalación de fábricas que elaboren las baterías. Sin embargo, para este tipo de economía de enclave asentada en las actividades extractivas, “producción” es una grandilocuencia que designa a los primeros pasos de una rudimentaria elaboración del material que apenas alcanza al procesamiento del cloruro de litio y la incorporación de algunos procesos químicos.

A mediados de los 90’ la zona andina fue bautizada como "Toyotolandia" debido a la cantidad de camionetas 4x4 que recorrían los caminos en la exploración de minerales. Hoy, con el anuncio de Toyota Tsusho Corp sobre una futura inversión de unos 100 millones de dólares en el proyecto de Orocobre, el nombre vuelve a cargarse de significado.

El botón de la muestra   

FMC Corporation es una empresa monopólica con sede en Filadelfia, Estados Unidos, dedicada a diversos mercados, entre los que se destacan  los agroquímicos y químicos industriales. Ha instalado tres plantas en el Salar del Hombre Muerto (Catamarca). Reconoce que en un año produce en nuestro país unos 25 millones de libras de carbonato de litio y 12 millones de libras de cloruro de litio. En 2009 incorporó la elaboración de fluoruro de litio. Realiza el procesado de cloruro de litio en General Güemes, Salta.

FMC se instaló en Catamarca en 1997. Como la demanda tuvo altibajos, en 1999 los costos obligaron a cerrar la planta de carbonato de litio. Con el ciclo de crecimiento sostenido que viene desde 2002, se inició un crecimiento sostenido hasta que en 2008 llegó a operar con la máxima capacidad de producción anual, de 12 mil toneladas de carbonato y 10 mil de cloruro. El producto es exportado a Estados Unidos, Unión Europea, China y Japón. Al escuchar hablar de “máxima capacidad de producción”, podría llegar a pensarse que se abrieron muchísimos puestos de trabajo. Sin embargo, esta megaminera emplea apenas unas 240 personas.

En su sitio de prensa, Daniel Chávez Díaz, gerente general de FMC Minera del Altiplano, habla de la “implantación de prácticas productivas coherentes con el concepto de sustentabilidad”. Dice que la FMC Lithium es “una institución social que promueve el desarrollo sostenible e integral de sus empleados y de las comunidades vecinas”. En cuanto al impacto ambiental de la actividad, el empresario destaca “el cumplimiento a regulaciones legales, certificación ISO 14001”; lo cual para nosotros significa muy poco, si tenemos en cuenta que son las mismas normas que permitieron al titular del INTI decir que Botnia no contamina.

Esta fuente de litio tiene una vida útil de 70 años; o sea que en 7 décadas habrán agotado el recurso. A la vez, los campesinos de la zona acusan a FMC Lithium por la contaminación de los arroyos que les proveen agua para consumo humano, animal y riego.

En 2005, la FMC fue denunciada por pobladores de Antofagasta de la Sierra ante la Secretaría de Derechos Humanos, debido a que aislaron a la población mediante un cercado. Un cerco perimetral colocado por la empresa entre el borde de un cerro y uno de los salares, impedía el paso de los pobladores hacia la escuela y hacia la ruta N°43 que los lleva hacia Antofagasta. “Se levanta un gran y alto cerco metálico con un portón de acceso, todo lo cual impedía nuestro paso”, se describe en la denuncia. Según los datos catastrales, las tierras son fiscales, por lo tanto el propietario es el Estado provincial.

Bolivia y Argentina

La posesión de un recurso estratégico de este tipo, podría ser beneficioso para nuestro desarrollo industrial. Sin embargo, el modelo de económico basado en la exportación de bienes extractivos (como la soja, la madera, el oro, etc.) nos condena a ver cómo los capitales imperialistas exprimen el limón de la minería y nosotros vemos pasar el jugo frente a nuestros ojos sin beber una gota.
La actitud del gobierno de Evo Morales en Bolivia es distinta a la política kirchnerista. Morales considera que Bolivia no dispone de los recursos tecnológicos adecuados para la explotación del recurso y por ello se vio obligado a firmar acuerdos con firmas de otros países, como la francesa Bollaré y las japonesas Mitsubishi y Sumitono; además de acuerdos de exploración con el gobierno de Corea del Sur. El estado boliviano integra un comité científico junto con las empresas.

La intención de fondo de Morales es industrializar su explotación para que la mayor parte de las ganancias se queden en tierra boliviana, como viene haciendo con otros hidrocarburos. La rapacidad de los empresarios los llevó a decir que "Bolivia puede volver a sufrir las frustraciones de siempre, por no saber aprovechar las oportunidades que le da la historia". Para ellos, “aprovechar las oportunidades” implica permitir la expoliación con el único límite de la existencia del recurso.

Otra diferencia sustancial: el contrato de Morales con los capitales australianos y chinos les exige dejar en Bolivia 45% de la producción; en cambio, el gobierno de Cristina Fernández concedió a australianos y canadienses una mina en Jujuy que pagará apenas 3% del canon.

La comparación es válida para demostrar que es posible plantarse con actitud digna frente a los monopolios y trazar un camino independiente para aprovechar nuestros recursos.

Publicado por Río Bravo el 18 de febrero de 2011.

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