El pasado 15 de febrero, el gobernador de la provincia, Rogelio Frigerio, dejó inaugurado un nuevo período de sesiones ordinarias en la Legislatura entrerriana. En este primer discurso de su mandato, frente a los legisladores, el gobernador pasó lista de la situación recibida y presentó sus propuestas y lineamientos.
Entre la serie de proyectos a presentar a la brevedad en la legislatura, que incluyen diferentes temáticas como la de ética pública, las telecomunicaciones, la economía del conocimiento y el turismo, el gobernador destacó: "Estamos trabajando en una ley para declarar la Emergencia Alimentaria en la provincia." En referencia a este proyecto, Frigerio sostuvo: "La ayuda a quienes más necesitan no puede esperar y esta es una prioridad de nuestra gestión. Nuestro objetivo más urgente en este tema es garantizar la alimentación, porque a nadie le puede faltar un plato de comida."
Panorama
Este anuncio del gobierno provincial, de declarar la Emergencia Alimentaria, se plantea en un momento crítico para la población de las barriadas: la decisión de recortar todo tipo de asistencia alimentaria hacia los comedores y merenderos por parte del Gobierno Nacional.
Como reacción a este duro golpe hacia los sectores más vulnerado, en Paraná, por ejemplo, con la publicación de un documento titulado “¡El hambre no puede esperar!”, hizo su aparición la Mesa Contra el Hambre, reclamando la declaración de la emergencia en todos los niveles estatales. (Ver nota)
La comida no es una variable de ajuste
La Mesa Contra el Hambre viene con manifestaciones semanales desde inicios de febrero y ya arraigó en la ciudad y es protagonista. Es un frente novedoso de organizaciones populares, sociales, políticas, religiosas y sindicales, que surge a partir de las políticas económicas de ajuste, la creciente inflación, el aumento de los alimentos, los servicios y el transporte, el congelamiento de los salarios, entre otras medidas del gobierno nacional, que han generado un golpe directo al bolsillo de las familias de los barrios de la ciudad que asisten a los espacios socio-comunitarios.
Desde la Mesa sostienen: “Por cada comedor popular al que no llegan los alimentos, familias enteras dejan de recibir un plato de comida. Los y las gurises quedan sin meriendas. Nuestros adultos mayores se quedan sin la posibilidad de comer al menos una vez en la semana”.
Qué sigue
Frente a este panorama y con la calle caliente, el anuncio del gobernador trae ciertas expectativas. Todavía, al día de hoy, no ha entrado a la legislatura el mencionado proyecto. Pero es seguro entrará pronto y habrá que seguir su recorrido e implementación.