Un recorrido por los medios nacionales e incluso internacionales podría dar la impresión de que no hay mucho para decir sobre el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia. La condena casi unánime en las primeras planas de los medios parece centrarse exclusivamente en la invasión emprendida por Rusia a principios de esta semana. Sin embargo, una mirada más amplia permite encontrar, en las reacciones políticas que por estos pagos se expresaron, otros enfoques. Dirigentes y fuerzas políticas que incorporan al análisis un contexto más amplio, en el que Ucrania viene bombardeando diariamente la región del Donbass desde hace 8 años, nos ponen ante un panorama que no parece tan simple como el que resulta de la primera mirada.
No se trata de asumir posiciones ligeras o de creer que estamos jugando al TEG, cuando lo que están en riesgo, una vez más, son las vidas y recursos de pueblos del mundo. Se trata de asumir el compromiso, como referentes políticos de distintos espacios, de aportar información y profundidad para el análisis de la situación. Más aún en un contexto en el que se multiplica la circulación de información falsa o intencionadamente tergiversada (sólo por ejemplo, diversos medios internacionales han publicado fotos de bombardeos en Palestina, Turquía, Siria, explosiones en China y hasta simulaciones de juegos como ArmA 3, como si fuesen registros de la situación actual en Ucrania).
En esta nota, proponemos un recorrido por esos diversos enfoques en la reacción de dirigentes y fuerzas políticas de Entre Ríos sobre este conflicto que tiñe y afecta la política y la economía del mundo entero.
Contra el expansionismo de los EEUU
Comenzaremos este recorrido a contramano del que se puede leer en la mayoría de los medios nacionales. La posición que más duramente cuestiona el rol de Ucrania en la gestación de este conflicto tiene su expresión también entre referentes de la política entrerriana.
El secretario General del Partido Comunista de la Argentina en Entre Ríos, Alejandro Bernasconi, es un ejemplo de quienes no admiten medias tintas al respecto. En diálogo con Río Bravo, señala que comparte la preocupación general sobre un conflicto bélico que escale a nivel mundial y que el mismo se tiene que resolver diplomáticamente y por la vía de la paz. De todos modos, es enfático al señalar que también le preocupa cómo se explica este conflicto, ya que vienen observando “un proceso sistemático y planificado de ocultamiento de las raíces” del mismo.
Sostiene que en el partido venían estudiando el tema hace tiempo, porque “todo lo que ocurre a nivel internacional impacta en nuestras vidas cotidianas, ya no hay ‘conflictos lejanos’ a escala mundial.” Plantea que considera como un trabajo militante y un compromiso el poner en discusión masivamente lo que está ocurriendo, para evitar manipulaciones por medio de informaciones falsas como las que especialmente en tiempo de guerra circulan.
Se pregunta Bernasconi “¿qué hace Estados Unidos a miles de kilómetros de su territorio? Se presenta como una agresión de la Federación Rusa sobre Ucrania cuando esto es un conflicto profundo que tiene muchas causas, como la violación por parte de Ucrania de los acuerdos de Minsk”, en referencia a aquellos que implicaban un alto el fuego en 2014 y 2015. Como ejemplo de estas violaciones, solamente el viernes anterior al ingreso de Rusia en territorio ucraniano, se registraron 800 (sí, ochocientas en un día) violaciones al alto el fuego, la mayoría por parte del ejército ucraniano, en la región del Donbass. El compromiso del no ingreso a la OTAN, con la posible instalación de bases militares en la frontera de la Federación Rusa, y el respeto y la no violencia en las dos provincias en proceso de autonomizarse, “en la que vive población que es rusa”, advierte Bernasconi, forman parte de ese combo de causas que detonaron en estos días en un conflicto de mayor escala.
A esto, el dirigente del PCA, suma los rasgos del gobierno ucraniano, que describe como un “gobierno de rasgos neofascistas, que tienen sus orígenes y raíces en sectores vinculados a crímenes de guerra, con un cómico a la cabeza que en dos años de carrera, motorizado por los medios hegemónicos, se convierte en presidente y lanza una persecución sobre la población rusa de estas dos provincias, incluyendo matanzas en estas regiones”. Se refiere aquí Bernasconi a la mayoría de las entre 14 y 15 mil víctimas fatales y el millón de desplazados como consecuencia de la violencia registrada en la región desde hace, justamente, ocho años. En cuanto al carácter neofascista del gobierno de Ucrania, desde 2019 actúa en primera línea en Donbass y como parte de las fuerzas especiales de la Guardia Nacional, el Batallón Azov, que naciera al calor del conflicto de 2014 como una fuerza paramilitar de ultraderecha que incluye mercenarios de EEUU y Europa entre sus filas.
Finalmente, Bernasconi señala que “hay una primera preocupación, que tiene que ver con que el conflicto bélico no escale y se preserve la paz mundial, y una segunda preocupación que tiene que ver con que se frene el avance imperialista de EEUU y la OTAN, porque es un avance del imperio y eso afecta nuestras vidas aquí también, porque es una ofensiva que no se detiene y va a seguir avanzando sobre los gobiernos que no les responden disciplinadamente como quieren, particularmente en lo que consideran su ‘patio trasero’, nuestra región.”
En un sentido con puntos coincidentes con el anterior, se expresó Cristina Ingleson, presidenta del Partido Solidario de Paraná. En su diálogo con Río Bravo, manifestó su dolor ante un conflicto armado, “especialmente tal vez por la historia familiar que incluye a mi padre como soldado voluntario a las fuerzas aliadas en el año 39”, en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Sobre la guerra entre Rusia y Ucrania plantea que ve una disputa que “no es solamente entre los contendientes, ni éste es el evento inicial del conflicto.”
Retoma también entonces las violaciones por parte del gobierno de Ucrania a los acuerdos de Minsk y señala que ve, en la información que nos llega, “una mirada prejuiciada y demonizatoria sobre el rol de Rusia y su presidente, sin dar cuenta de las operaciones previas promovidas por la OTAN y sus socios mayoritarios, en la obstinación por la hegemonía y dominación planetaria.”
Ingleson plantea como necesario reunir información no viciada, para escapar a una mirada inocente y maniquea, que no tenga en cuenta los intereses económicos en juego. Pone especial atención en que los conflictos armados sirven a “los mercaderes de influencias y armas, a los contratistas de las reconstrucciones y especuladores de bolsa”. Lamenta la sucesión de “conflictos, matanzas y cacerías humanas” que a menudo no son puestas en foco de la atención mundial y sobre los cuales tampoco tenemos incidencia. “En este caso, desde nuestro lugar en el mundo, me parece prudente mirar con atención, sin responder provocaciones de la oposición en su constante empeño confrontativo y desgastante, intentando arrastrarnos a un escenario sin retorno”, cierra Ingleson.
Contra la guerra interimperialista
Por su parte, desde el Partido del Trabajo y del Pueblo y el Partido Comunista Revolucionario de Entre Ríos, el dirigente político Carlos Retamoza repudió “la invasión Rusa a Ucrania, que agudiza las disputas interimperialistas con EEUU y la OTAN”. En diálogo con Río Bravo, Retamoza identificó el trasfondo del posible ingreso de Ucrania a la OTAN, por considerarlo Rusia como un peligro para su propia seguridad.
Agrega, como elemento a tener en cuenta, los acuerdos que “esta potencia acaba de firmar con China coincidiendo en ese y otros temas estratégicos” y lamenta las consecuencias económicas y políticas impredecibles de este enfrentamiento en un mundo ya azotado por la pandemia y desastres ambientales, por lo que “afectarán aún más las economías y las condiciones de vida de los países más débiles.”
Sostiene Retamoza que “el pueblo ucraniano tiene el derecho de resolver con autonomía su propio destino, como también a defender su soberanía y autodeterminación para elegir libremente su forma de gobernarse. Las noticias que se conocen hasta este momento indican que el pueblo, además del ejército, también ha tomado las armas para repeler la invasión.” En este sentido, Retamoza vincula esta disputa con conflictos que suceden o repercuten en nuestra región, y afirma: “Estas disputas recorren hoy el mundo y también se expresan en América Latina, por eso reivindicamos la consigna: ni amo viejo, ni amo nuevo, ¡ningún amo!”
Junto a Ucrania
El diputado nacional Rogelio Frigerio manifestó el jueves 24 de febrero que desde su espacio político (en el marco de Juntos por el Cambio) condenan “fuertemente la avanzada militar y los ataques de la Federación Rusa en Ucrania y exhortamos una solución pacífica por medio del diálogo, la cooperación y las vías diplomáticas para que se restablezca la libertad e independencia de los ucranianos, inmediatamente.”
Por su parte, la dirigente del MST, Nadia Burgos, difundió una declaración de la Liga Internacional Socialista en repudio a la invasión rusa a Ucrania y en solidaridad con el pueblo ucraniano. Además, pidió por la libertad de los detenidos en Rusia por manifestarse contra la guerra. Publicó, en su cuenta de Twitter, la siguiente expresión: “¡No a la agresión imperialista rusa contra Ucrania!, fuera la OTAN y el imperialismo occidental del este europeo. Solidaridad internacional de la clase obrera y rechazamos el derramamiento de sangre proletaria al servicio de los imperialistas.”
Un conflicto que no nos es ajeno
Por sus consecuencias, pero también por el modo en que se gestó, por la intervención de potencias que tienen sus intereses en nuestra región; la guerra entre Ucrania y Rusia no nos es ajena. Poder analizar sus implicancias más allá de los eslóganes y de la información sesgada, es una tarea necesaria para entender dónde estamos parados y qué es lo que está ocurriendo. En esta nota esperamos haber aportado en tal sentido.
Publicado por Río Bravo el 27 de febrero de 2022. Fotografía: Esquire.