"Lo que se ve es que a la columna le falta la tapa justo en el lugar donde se ven cables, una llave de luz y conexiones sin aislar. El hueco está a no más de un metro del suelo, al alcance de cualquier niño", explica Esteban.
"Para cualquiera de las decenas de alumnos que todos los días entran y salen de la escuela, esto es una trampa mortal. Basta con que un niño se ponga a jugar en la columna para estar expuesto a una descarga de 220 voltios. Pero esto no es todo, si recorremos las veredas y las plazas de Paraná veremos muchos casos como éste", denuncia.
El lector concluye exigiendo: "No sé a quién corresponde, si a Enersa o a la Municipalidad, pero pónganse las pilas porque están jugando con nuestras vidas".
Publicado por Río Bravo el 06 de diciembre de 2012

