Directora: Jill Freidberg
Título original: A little bit of so much truth
País: Méjico y Estados Unidos
Año: 2007
Idioma: Español
Duración: 93 minutos
Producción: Corrugated films y Mal de ojoCorría el año 2006 y los docentes de un pobrísimo suroeste mejicano se cansan de los niños con hambre en las aulas y los salarios miserables. Deciden realizar un acampe que denominan “Plantón” en la capital del Estado de Oaxaca. Allí instalan una radio comunitaria, llamada Radio Plantón, que empieza a contrarrestar la feroz campaña de desinformación que lanza el gobernador Ulises Ruiz Ortiz, con los medios estatales y muchos de los privados. Sin embargo, poco a poco, el medio de comunicación de los docentes se va convirtiendo en un espacio de expresión que logra el apoyo de la sociedad, hasta ese momento ajena al conflicto. Concientes de esta situación, las fuerzas de seguridad deciden destruir la emisora y levantar el piquete por la fuerza.
A través de entrevistas con los protagonistas del conflicto, y numerosas escenas de archivo, “Un poquito de tanta verdad” pone en cuestión los límites de las democráticas representativas, que definen las elecciones con fraude o aparato. A su vez, pone en la picota el rol de los medios de comunicación, y lo que debe ser una verdadera radio comunitaria, sin el financiamiento del Estado ni de fondos de destino incierto.
La destrucción de Radio Plantón desata la toma de Radio Universidad, y 14 emisoras privadas. En el punto más álgido del conflicto, la población llega a ocupar las instalaciones de la televisión y la radio estatales. Rápidamente, los docentes obtienen el apoyo de estudiantes y más de trescientas organizaciones que fundan la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPOP), una suerte de Comuna que durante meses ocupa edificios públicos, garantiza la seguridad y autogestiona el destino de la ciudad. Desde luego, el gobierno mejicano sale a respaldar en bloque al corrupto de Ruiz Ortiz, con una represión indiscriminada, que se cobra numerosas vidas, desaparecidos, y cientos de heridos, que demuestran que los aparatos represivos que hicieron posibles las dictaduras latinoamericanas no han sido destruidos.
Desde el punto de vista de la realidad entrerriana y del resto del país, la película tiene una vigencia incuestionable. La situación de los docentes de nuestra provincia es complicada, teniendo en cuenta la persecución y los descuentos que sufren, junto a una campaña de desinformación orquestada por los incomunicadores de los medios estatales y para estatales. Finalmente, desde el punto de vista político, es una cachetada para los derrotistas, y los apologistas del “menos malo”, que desconfían, o intentan sembrar desconfianza, en lo incontenible que es la fuerza del pueblo unido y organizado.
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