Da mucha gracia, hasta que, como dice Mafalda, "pescás el fondo social del asunto". Ahí, deja de ser gracioso.
Red Bull es una bebida ligada al enfieste y la caravana. Ofrece energía para durar todo lo que dure la marcha. Y en su publicidad ofrece mucho más.
Está claro el aliento al individualismo en el mensaje. El primer impala podría intentar alguna estrategia de equipo para salvarse junto con su compañero. Sobre todo, para que alguna vez, el que pierda sea el león. Pero no, la cosa es salvarse rápido y fácil dejando que el león se coma al más débil. En un chiste espontáneo podría ser ingenioso y hasta hilarante. Pero no es un chiste espontáneo, es una estrategia publicitaria planeada sesudamente por un equipo de creativos y pensada para un sector determinado del público ...de los consumidores, en este caso.
Justo cuando en medio de la pandemia, el discurso fascista es "que se mueran los débiles", el mensaje de la bebida energizante es que el león se coma al que no tomó Redbull.
Una propaganda (y en este caso es claramente propaganda, más allá de la publicidad comercial) a contrapelo de las necesidades populares y de la práctica que hoy llevan adelante amplios sectores de nuestro pueblo. Las formas de lucha y organización que implementan para enfrentar los efectos de la crisis del capitalismo compañeros trabajadores, los sectores más golpeados por el hambre, la falta de trabajo y el desguace de organismos esenciales del estado muestran una creatividad ilimitada.
Y sobre todo, una obstinada opción por la salida colectiva. Gestando vínculos solidarios a contramano del discurso hegemónico que pretende imponer el verdadero aislamiento social, nuestro pueblo fortalece su dignidad y potencia su identidad histórica. Acá está de más cualquier elixir energético.
Una vez más, no es Redbull quien te da alas.

Publicada por Río Bravo el 16 de junio de 2020