A Manuel Guerra lo llaman Quebracho, que es el nombre de la madera que abundaba en su pueblo de Frías, en santiago del Estero. Su padre fue minero y su madre, originaria, costurera. Antes de cumplir los 20 ya había peleado en las calles del Cordobazo. Cuando el clasismo dirigido por René Salamanca recuperó el SMATA de Córdoba, pasó a trabajar en la Comisión Juvenil del Sindicato. Integraba la dirección de la Juventud Comunista Revolucionaria y junto a miles de jóvenes, trabajadores e hijos del pueblo enfrentó activamente el golpismo. Tenía 26 cuando lo secuestraron en la esquina de Las Heras y Pueyrredón, hace 35 años. Se llama Quebracho como el árbol y con su vida dio pruebas del cerno que lo constituía.
A continuación, la carta de Teresita Castrillejo, su esposa, compañera y madre de su hijo Facundo:
“El 1 de noviembre de 1977 a las 17 era secuestrado mi esposo Manuel Guerra, en la esquina de Las Heras y Pueyrredón de la Capital Federal. Sólo tenía 26 años y ya traía en su haber una gran historia de lucha: en el SMATA de Córdoba junto a Rene Salamanca, enfrentando el golpe de Estado, participando en Buenos Aires, ya iniciada la dictadura, en la organización de la resistencia de la clase obrera, fundamentalmente de los ferroviarios que estallaron en una importante huelga dos días después de su secuestro.
Gracias a la lucha inclaudicable del pueblo argentino y de los organismos de Derechos Humanos, fundamentalmente de las Madres de Plaza de Mayo, logramos en el 2005 que se anularan las leyes de Obediencia Debida y Punto Final; luego comenzaron los juicios. Esta etapa abrió una gran esperanza, fue un gran paso en el camino de la lucha por la justicia.
Junto a nuestro hijo, hace casi ocho años somos querellantes por la desaparición de mi esposo, y es muy poco lo conseguido. Nuestro caso, como el de más del 80 por ciento de los desaparecidos, no llegará a juicio oral pues no tenemos testigos. Somos parte de esa inmensa mayoría que bajo esta forma de juzgar, a través de la aplicación del Código Penal, tenemos que probar lo realizado por el terrorismo de estado pues se juzgan los secuestros como crímenes comunes y no como un genocidio llevado adelante por un estado fascista: Los detenidos desaparecidos y asesinados no pueden señalar a sus asesinos.
Hoy, con una foto en la mano y munida de una lista de sobrevivientes, sigo recorriendo las calles en busca de alguien que certifique haberlo visto en el Club Atlético, según indican los indicios que tenemos.
No tendrían que ser los familiares quienes tengamos que demostrar la responsabilidad de los represores, reviviendo a cada paso el horror, sino que son los miembros de las unidades que participaron de los secuestros, las torturas y los asesinatos, los que tienen que demostrar su “inocencia”.
La aparición del listado de inteligencia del batallón 601 demuestra que existen archivos de la dictadura con la información de los responsables. Por otra parte, el primer responsable de Derechos Humanos de Córdoba publicó la lista del D2 de esa localidad sobre quienes cobraban sueldos por ejecutar el terrorismo de estado.
Es fundamental abrir esos archivos y modificar los juicios para que no quede el 80 por ciento de los casos de los detenidos-desaparecidos sin justicia, por lo tanto el 80 por ciento de los responsables en la impunidad. Hoy solo se encuentran 299 represores presos frente a 30.000 desaparecidos
Como familiar, activa militante de Derechos Humanos, y miembro fundadora de Madres de Plaza de Mayo de Mendoza, exijo al gobierno que cambie esta situación que nos tiene a 35 años sumidos en la INJUSTICIA.
“Con vida los llevaron, con vida los queremos” decíamos las Madres desde el comienzo; hoy exijo al estado respuestas sobre su vida: si fue asesinado, que me digan por quiénes y qué día. Quiero poner una flor en ese lugar.
Negro querido: Voy a luchar hasta el final para que se haga justicia por tu secuestro, nunca aceptaré la figura del desaparecido y tu sacrificio no será en vano.
Teresita Castrillejo”
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"Arderá la memoria hasta que todo sea como lo soñamos" escribía el desaparecido Paco Urondo antes de enfrentar su trágico destino; en ese ardor que duele andamos miles de argentinos soñando con Justicia.
Publicado por Río Bravo el 1 de noviembre de 2012





