“Durante el día se baña en el océano,
que guarda algunas de sus víctimas. ”
Gonzalo Millán
La palabra justicia, proviene del vocablo latino iustitia, que también significa equidad. El derecho moderno, tiene su origen en el Imperio Romano, donde todos los hombres de familias acomodadas eran abogados, aunque dicho título no existía. Lo importante era tener una buena retórica para destacarse en el foro, donde se definían los asuntos públicos. Lógicamente, las familias humildes no tenían acceso a dichas cuestiones, y lo único que les quedaba era aportar sus hijos (la prole), para salvarse de la esclavitud. Supuestamente, por estos tiempos que corren, todos somos iguales ante la ley. Sin embargo, en Entre Ríos, algunos son más iguales que otros, y también están los que son inigualables. Veamos algunos ejemplos:
No les importa el trabajo en negro
A una velocidad supersónica, el juzgado federal de Concepción del Uruguay se declaró incompetente en la causa por el trabajo en negro y fraude laboral, por el método de las cooperativas truchas. Ni siquiera fueron hasta Carosini 141, para golpear la puerta, preguntar quién vive allí, qué se hace en ese negocio, si lo podemos llamar de esa manera. Seguramente, llamaron por teléfono, y la respuesta que obtuvieron les habrá parecido satisfactoria. Eduardo Rodríguez, secretario de asuntos gremiales del Sindicato de Empleados de Comercio, que viene llevando adelante esta causa, comentó que “no me notificaron, por ende, no pude apelar la competencia”. De ahí pasó al juzgado provincial (tomala vos, dámela a mí), y en 3 días, para no quedar como un lerdo ante sus colegas, el fiscal Rojas archivó la causa. En tiempo récord fue doblemente archivada. Nadie habló con las personas que prestaron sus recibos de sueldo creyendo en la justicia. Tampoco se investigó ni a una de las empresas que comete este delito. Y eso que el listado lo dio el propio INAES.
Violan el derecho a huelga de los docentes
Hace un mes Carlos Chiara Díaz y Daniel Carubia, miembros del superior tribunal de injusticia, ratificaron la “constitucionalidad” de los descuentos por lo días de paro a los docentes. En realidad, esto va en contra de la Constitución Nacional, piedra fundamental del derecho argentino, y confirma que la justicia, con minúsculas, por supuesto, no es justa con los trabajadores. Probablemente, ahora que el gobernador Urribarri consiguió que gente que le responde, gane las elecciones de Agmer a nivel provincial, les haga algún guiño a sus amigos. Cuesta creer que consigan revertir una medida que proviene directamente desde la Casa Rosada, y que ha nacionalizado los descuentos a los docentes, ante el silencio cómplice de Yasky, Baradell, y otros carneros de la educación. De todos modos, por mucho que quieran apagar las luchas con su estrategia de succión de ropa interior, cuando la crisis llegue a los trabajadores, tendrán que responder por lo que digan los archivos.
Doble premio para el ladrón de Rossi
Si cualquier entrerriano roba una manzana va preso, y pasa sus días bajo condiciones lamentables, en penales de mala muerte, donde se aprenden muchos delitos y se clausura la reinserción social. Domingo Daniel Rossi, fue premiado esta semana por el congreso entrerriano (http://www.miercolesdigital.com.ar/?ID=31950), pese a haber sido condenado a “tres años de prisión condicional y a la inhabilitación absoluta para ocupar cargos públicos por el término de ocho años”, luego de que se comprobara que cometió enriquecimiento ilícito: es decir, que es un chorro. Esta persona, que robó el equivalente a millones de manzanas, recibió el premio de no pasar ni un día en la cárcel. Todo lo contrario, se lo volvió a premiar anulando la inhabilitación. Los ladrones de guante blanco, tienen una justicia paralela. Tampoco debe extrañarnos que haya sido elegido intendente de Santa Elena, con la boleta pegada a los progresistas Urribarri y Cristina, como Menem en La Rioja. Es el mismo Tribunal Electoral que autorizó a Lauritto y Urribarri, pese a que ambos ocuparon cargos de responsabilidad política durante la última dictadura. La Constitución Entrerriana, cuando es necesario, también es más flexible que un chicle.
No mueven un dedo por la trata y el narcotráfico
Este mismo cronista recorrió los juzgados de Concepción del Uruguay investigando la prostitución en la ruta 14, zona de tránsito, ablande y trata de personas. Sin embargo, las respuestas más comprometidas que recibió fueron: “sin denuncia, no hay investigación”; “¿usted tiene pruebas?”; “en estos casos, la justicia no actúa de oficio”. Respecto al narcotráfico, el caso tiene aristas similares. Todos sabemos dónde se venden drogas, y nunca cae ningún traficante. Evidentemente, son gente muy influyente, que lleva una vida social muy activa, a los codazos con las palancas claves del poder. Mientras tanto, desaparecen mujeres y niños ante la atenta mirada del poder. Demasiado atenta, quizás. Y se nos mueren los chicos de los barrios más humildes, que se refugian en la droga por la falta de oportunidades, pese a los discursos de ocasión. También se mueren los otros, que cansados de una vida vacía, se pierden en el limbo de la búsqueda de nuevas sensaciones. Pero el negocio es muy grande, y tiene uno de sus pilares en la Casa Rosada.
¿Hasta cuándo?
Mientras los crímenes siguen siendo “el espectáculo más exitoso de la pantalla chica”, como dijera Galeano, Flavia Schiavo no descansa en paz. Nadie fue. Tampoco se sabe qué pasó con la familia Gill, que desde 2002 se encuentra desaparecida. Pese a los discursos, los pobres siguen sin encontrar justicia. Desde el propio lenguaje siguen siendo discriminados. El intendente de Santa Elena, Domingo Daniel Rossi no es llamado chorro, malandra, caco, ratero, delincuente, como correspondería. Dicho personaje cometió “enriquecimiento ilícito”, que suena mucho más perfumado. Ocurre que el que roba una moto, se viste mal, y no es socio del Yacht Club. Mientras siga habiendo encargados de impartir justicia, que están de los dos lados del mostrador, que meten una mano en la lata, y con la otra golpean el martillo, esto no tiene solución. El viejo dicho del “roban pero hacen”, que nos queda cada vez mejor. Cerramos un Museo y abrimos un Casino, total nadie nos dice nada. Y al que piensa distinto, lo compramos. Y si no lo podemos comprar, lo destruimos. Pero como no queremos que esto suene a desamparo, nos despedimos con un extracto de la vieja poesía de Marcos Ana:
“Yo no pido clemencia.
Doy banderas.
Paso de mano el golpeado
corazón de mi pueblo prisionero”.
Publicado por Río Bravo el 01 de diciembre de 2011