Con Cristian Ferreyra, el kirchnerismo volvió a regar con sangre campesina la tierra que niega al pueblo para entregar a los latifundistas. Los muertos por la tierra denuncian la necesidad imperiosa de un lote para levantar cuatro paredes y un techo en las ciudades o para plantar y criar un puñado de animales que permitan el sustento en el campo. Denuncian y marcan a fuego la esencia del estado bajo el gobierno kirchnerista; un estado puesto al servicio de la concentración de la tierra en pocas manos, dependiente y que a la vez alienta la creación de escuadrones paraestatales destinados a matar pobres, trabajadores, campesinos y desocupados.
Con fuego estatal o paraestatal, el kirchnerismo y sus capangas de Formosa, Jujuy, Chaco o Santiago del Estero matan para reforzar el poder terrateniente. Podrán llenarse la boca despotricando contra Biolcatti y la Sociedad Rural, pero el cacareo no alcanza para tapar la esencia de su política tan amigable a los Blaquier, los Julianes, Ciccioli o Villa; esos que no sólo amenazan para amedrentar, sino que matan. Matan impunemente. Matan con protección estatal. Matan mintiendo. Matan con la complicidad de jueces que acusan a las víctimas.
El kirchnerismo, bajo la presidencia de Cristina Fernández, profundizó la represión y criminalización de la protesta. La ayuda social de la Asignación Universal por Hijo y el plan Argentina Trabaja, son una frazada corta que no cubre todo lo que hace falta; un pobre paliativo para los efectos de una economía dependiente de los commodities que se van a pique, de actividades extractivas que extrujan la tierra pendientes del mercado externo. Por eso persiguen, apresan, castigan, golpean, enjuician, balean, matan, arman “accidentes”, descubren “balas perdidas” que dan en el blanco justo.
En Jujuy, donde Ledesma y el gobierno K asesinaron para que nadie habite ni produzca en las 15 hectáreas de El Triángulo, hay 60% de personas viviendo bajo la línea de pobreza, 120.000 que sobreviven con subsidios y 26.000 empleados informales. Jujuy es una muestra de lo que se repite en El impenetrable, en el conurbano bonaerense, en Corrientes, en La Primavera y en cada punto de nuestro mapa. Temen que la miseria salga a la luz y se convierta en rebeldía. Pretenden imponer castigos ejemplificadores porque saben que la lucha es ejemplo que arraiga y se expande.
Nuestros asesinados por la tierra gritan la urgencia de la reforma urbana y agraria que expropien las tierras ociosas y las entregue al pueblo campesino y trabajador que las necesita para vivirla y trabajarla. La conquista de “Lote para todos”, arrancada con las tomas y ocupaciones al gobierno jujeño, será una realidad en toda nuestra historia y geografía.
Publicado por Río Bravo el 21 de noviembre de 2011.