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Jueves, 14 Julio 2022 14:39

"Queremos seguir trabajando, no que nos indemnicen"

Escrito por Santiago Mac Yntyre

Mientras se desarrollaba la audiencia convocada por la secretaría de Trabajo por el informal anuncio de cierre de la empresa de capitales chilenos, trabajadoras del hipermercado supermercado Vea de Paraná, conversaron con Río Bravo. Dejando entrever la angustia y la incertidumbre reinante, aseguran que la decisión las tomó por sorpresa y que el volumen de ventas no hacía prever semejante desenlace.

De la redacción de Río Bravo

Una nutrida concentración de trabajadores, amigos, familiares, con apoyo de organizaciones gremiales, hace guardia frente a la secretaría de Trabajo. Allí dentro, representantes sindicales y autoridades de la cartera laboral, esperan que la firma Vea Cencosud ponga fin a la incertidumbre y dé la respuesta que durante dos semanas no dio a sus empleados. El encuentro terminará con una conciliación obligatoria. Un pequeño respiro.

Vanina Figueroa se desempeña como repositora en el hipermercado de avenida Almafuerte casi Zanni, de Paraná, hace 21 años. A lo largo de la conversación, en forma reiterada hace notar su malestar por la desconsideración con que se viene manejando la firma: "Esta reunión se hizo porque la pidió la secretaría de Trabajo. Desde la empresa lo único que dijeron es que el supermercado va a cerrar, nunca se habló de los empleados. Pedimos intervención al sindicato a través de nuestros delegados y ellos están defendiendo nuestros derechos".

"Son más de 60 familias que quedarían en la calle, con muchos jefes y jefas de hogar, chicos y en estos últimos días estuvimos con total incertidumbre, la empresa no ha respondido", agrega Silvia Miño, cajera desde hace 18 años.

No estaba en los cálculos de nadie un desenlace semejante, sobre todo porque -según advierten trabajadores y trabajadoras en el movimiento diario- las ventas pasan por una situación casi inmejorable y la gerencia y los encargados, que comparten el día a día con los empleados, estaban organizando una reestructuración dentro del supermercado.

"Fue de un día para el otro. Así como nos sorprendimos nosotros, la parte gerencial y encargados también, ya que vinieron personas que nosotros como empleados no sabemos los nombres a decirle al gerente que comunique que se venía el cierre. Esto fue de boca en boca, no hay nada escrito", revela Figueroa.

"Son más de 60 familias que quedarían en la calle, con muchos jefes y jefas de hogar, chicos y en estos últimos días estuvimos con total incertidumbre, la empresa no ha respondido" (Silvia Miño, cajera, 18 años como empleada).

Para peor de males, el anuncio llegó tres días después del cese de la vigencia de la doble indemnización por despido.

Mientras las trabajadoras describen el momento que atraviesan y las sensaciones que esto les genera, sus compañeros y compañeras aplauden al ritmo de la percusión y los instrumentos de viento que transmiten un clima festivo, buscando tal vez atenuar la angustia y darse ánimo para enfrentar la situación.

No están solos. Los rodea la solidaridad de amigos, familiares, vecinos y numerosos sindicatos que acompañan su lucha: Asociación Trabajadores del Estado, Asociación del Personal Superior de la Municipalidad de Paraná, Sindicato de la Madera, Unión Transviarios Automotor, Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles, Sindicato Único de Trabajadores de Espectáculos Públicos, Asociación Bancaria, UTI (trabajadores del PAMI), son algunos de ellos.

"Nosotros queremos seguir manteniendo la fuente de trabajo, no queremos que nos indemnicen, queremos seguir trabajando día a día como venimos haciéndolo hace 21 años" (Vanina Figueroa, repositora, 21 años como empleada).

La sensación es de abandono y desconsideración por parte de los empresarios: "No puede ser este abuso, que después de 21 años trabajando en muchos casos, quedemos sin ninguna respuesta, explicación, siendo que el panorama no era este", dice Miño.

"Fuimos esenciales durante dos años y ahora somos un descarte", contrasta Figueroa. Hombres y mujeres que pusieron su salud en juego durante la pandemia y a cambio reciben una cachetada: "Para algunas cosas servimos y para otras no, tenemos 21 años trabajando, nunca pensamos que una empresa multinacional como esta iba a pensar tan poco en nosotros. Nosotros queremos seguir manteniendo la fuente de trabajo, no queremos que nos indemnicen, queremos seguir trabajando día a día como venimos haciéndolo hace 21 años".

Mientras adentro se produce el intercambio que terminará con la conciliación obligatoria, en la calle, numerosos carteles claman "no al cierre, "no a 60 familias en la calle", "no nos dejen sin nuestro sustento". Aunque la decisión de los actuales propietarios es retirarse del mercado local, parece abrirse la posibilidad de nuevas inversiones que sostengan la fuente laboral. Sesenta familias esperan expectantes.

Publicado en Río Bravo el 14 de julio de 2022

Modificado por última vez en Jueves, 14 Julio 2022 16:20

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