De la redacción de Río Bravo
Podría decirse que la discusión salarial entre el poder Ejecutivo y los sindicatos docentes transcurrió por los carriles de la diplomacia hasta la semana pasada. Hasta allí, más allá de diferencias y exigencias, el ida y vuelta se produjo en un clima de cierta distensión.
Aunque ambas partes mostraron desde el inicio predisposición al diálogo, los cambios graduales de la propuesta por parte del Ejecutivo, sin una modificación contundente que pusiera efectivamente los porcentajes de recomposición salarial por encima de la inflación, fueron interpretados por los sindicatos como una falta de voluntad de parte del Gobierno de cumplir con el compromiso asumido por el gobernador Gustavo Bordet, que en más de una ocasión se comprometió a que los salarios de los docentes y estatales provinciales "le ganen a la inflación", tal como expresó al ratificar –el 21 de julio– la reapertura de paritarias.
Fin de la diplomacia
En el marco de la cordialidad que prevalecía hasta entonces y un retraso salarial de los trabajadores de la Provincia que no es materia de discusión, llamó la atención el tono de las expresiones con que el Poder Ejecutivo, con el propio Bordet a la cabeza, salió a cuestionar el paro del viernes pasado.
"Pensamos que el justificativo es que los dirigentes gremiales querían tomarse un fin de semana largo", "no encontramos una explicación, salvo que no les importe el futuro de los chicos", chicaneó el mandatario al referirse a la última medida de fuerza en la que coincidieron los cuatro sindicatos docentes de la provincia.
“Es incompresible, porque realizamos tres ofertas salariales, la última fue de un 20 por ciento, lo que nos posiciona largamente arriba de la inflación y todas fueron rechazadas sistemáticamente". Una frase que pasa de largo para los desprevenidos pero que, nobleza obliga, no resiste un análisis riguroso de de la evolución del proceso inflacionario y de la recomposición salarial y las propuestas que recibieron docentes y estatales entrerrianos. En consecuencia, le termina jugando en contra al propio gobierno.
Los fríos números
Hasta julio, con el último índice de precios publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC), la inflación acumulada llegó al 46,2%, registrando ese mes un pico de suba de precios del 7,4%. Aunque el dato oficial se conocerá este miércoles, según los estudios de la mayoría de las consultoras, agosto terminó con una inflación de alrededor del 6,5%, llevando el acumulado a 55,7%.
El análisis frío de los los datos muestran que, lejos de superar largamente la inflación, de no haber modificaciones al 20% ofrecido por el Ejecutivo hasta ahora, en esta segunda ronda de paritarias, los sueldos docentes y estatales habrán quedado levemente por debajo de la inflación, si esta no baja del 6,5% en septiembre. Si, en cambio, el índice de precios se ubica más cerca del 6%, pero difícilmente la recomposición acumulada a lo largo del año quede "largamente" por encima de la inflación como sugirió el mandatario al expresar su malestar por el paro docente del último viernes.
Amén de cómo siga el proceso inflacionario y si la recomposición salarial alcanza o no el mismo porcentaje, lo cierto es que, con excepción de marzo, todos los meses hasta ahora, los trabajadores estatales y docentes de la provincia tuvieron una pérdida de poder adquisitivo que no recuperan en los meses posteriores ya que las subas salariales no se aplican en forma retroactiva: así, en enero (-3,9%), febrero (-8,78%), abril (-1,83%), mayo (-0,02%), junio (-6,87%), julio (-6,95%) y agosto (-6,29%) la recomposición salarial quedó por debajo de la inflación. La única excepción fue marzo, cuando –con el primer tramo del 21,21% acordado en paritaria– los salarios se ubicaron 5,14% por encima de la inflación acumulada.
Publicado en Río Bravo el 13 de septiembre de 2022