A lo largo de su historia, la Argentina hizo uso (y también abuso) de sus recursos y logró desarrollar una maquinaria de producción de alimentos que, según estimaciones, multiplica por 10 su población. Con una economía fuertemente dependiente de la producción primaria y la generación de comodities para el ingreso de divisas, las necesidades alimentarias y nutricionales de la población quedan al margen de las preocupaciones de los grandes actores de los mercados de alimentos.
Al ser una mercancía más, queda en segundo plano la salud de quienes consumen esos alimentos de escaso o casi nulo valor nutricional y de quienes ni siquiera tienen acceso a ellos. Comida chatarra, alimentos hiperprocesados con exceso de conservantes, uso de agroquímicos, producción de materias primas con el casi exclusivo fin de la exportación, precios poco accesibles para gran parte de la población, concentración de los mercados de alimentos, exclusión de pequeños y medianos productores, hambre, son algunas de las facetas de un problema que requiere mayor atención y ocupación, tanto desde los espacios de definición de políticas públicas como de los profesionales vinculados con la producción y elaboración de alimentos, las industrias alimentarias y productores agropecuarios, entre otros actores vinculados.
Sin embargo, desde hace algunos años, el tema ya adquirió centralidad en la agenda de organizaciones de agricultores familiares y consumidores, espacios académicos, y captó la atención de una parte de los medios de comunicación.
Como parte de esa batalla cotidiana, que busca poner hacer emerger la vinculación entre fenómenos que algunos actores interesados se esfuerzan en que aparezcan disociados, las docentes María Laura Visintini y Silvina Basgall presentarán el jueves 5 de agosto el libro La soberanía alimentaria en debate. Será a las 18 por videoconferencia a la que podrá accederse mediante este enlace y contará con la participación , con la participación del médico y docente Damián Verzeñassi y la nutricionista, docente e investigadora Andrea Graciano.
"La convicción de que la vida puede ser mejor para todos y todas, es la premisa con la que hemos caminado en este tiempo y la que nos moviliza a seguir inventando el futuro", expresan las autoras del trabajo publicado por la Editorial Uader, que parten de la noción de que "la transformación de la vida social es una tarea necesariamente colectiva" y por eso apelan a diferentes miradas "para poder conocer y analizar con mayor profundidad la complejidad de la situación que queremos transformar".
"En este caso, nuestra lupa se ubica en la realidad de la alimentación de nuestro pueblo, más precisamente, en la temática de la soberanía alimentaria. El creciente interés en torno a las problemáticas que surgen a partir de los modos de producción y consumo de alimentos en nuestras sociedades, ha congregado en la Argentina a más de 40 universidades, y dado lugar al surgimiento de espacios afines como movimientos sociales, asociaciones de productores, entre otros, que visibilizan y ponen en agenda política las consecuencias que trae el sistema agrícola moderno. Ciertos factores, como el aumento de la obesidad y otras enfermedades crónicas como la diabetes (sobre todo en niños) y el hambre que persiste y afecta a más de 800.000.000 de personas en el mundo en contraposición a la concentración de la producción de alimentos en poquísimas manos ponen en evidencia, a nivel mundial, la gravedad de estos asuntos y la necesidad de ser tratado urgentemente, dado que afecta directamente la salud y la preservación de la vida de las personas y su hábitat. Somos testigos de una gran contradicción histórica: se produce más alimento que nunca y nunca antes tantas personas se vieron privadas de ese derecho humano", adelantan las docentes sobre el trabajo que presentarán este jueves y al que todos los interesados podrán acceder libremente.
Publicado en Río Bravo el 3 de agosto de 2021
