CFK acaba de despacharse durante unos cuantos minutos sobre el dolor que les produjo a ella y a Néstor el asesinato de Mariano Ferreyra. Su entrevistador, el ahora “periodista militante nacional y popular”, el chimentero Jorge Rial, aseguraba en el corte publicitario que promovía la entrevista que le podría preguntar cualquier cosa a la presidenta. Qué lástima que Rial no le haya preguntado a la presidenta si esa pena que sintió por el asesinato de Mariano no se contrapone con el apañamiento al ministro de trabajo Tomada, que con Mariano ya asesinado seguía elucubrando estrategias defensivas hablando como amigos con Pedraza, el autor intelectual del asesinato de Mariano. Hoy Pedraza está preso, porque alguien tenía que pagar para responderle a la bronca que recorrió el país con el crimen de Mariano. Pero Tomada sigue siendo uno de los ministros predilectos de Cristina.
Está en nosotros: o nos dejamos tomar por imbéciles y nos conmovemos con sus lágrimas de cocodrilo y les compramos su dolor; o anotamos esta nueva hipocresía en la agenda de las cosas que algún día les vamos a cobrar. Y hacemos lo que haga falta para apurar el día del cobro.

