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Miércoles, 15 Abril 2020 07:03

Desde la Psicología Social alientan a mantener vivo el desafío del conocimiento

Escrito por Claudio Puntel

"Es necesario sostener la tarea centrada en mantener vivo el interés por el aprendizaje, por el conocimiento; porque en esta crisis también se juega la identidad", planteó Guillermo Volkind, licenciado en Educación, psicólogo social y docente en una Charla en vivo por Facebook que se desarrolló el viernes pasado.

La actividad fue organizada por un conjunto de escuelas de Psicología Social y asociaciones y organizaciones vinculadas a la Psicología Social Pichoniana.[1] Frente a casi medio millar de usuarios conectados en distintos puntos del país, se analizó “el impacto que provoca en la subjetividad una situación de distanciamiento social”. Para el análisis, se propusieron tres ejes principales: Espacio tiempo en la situación educativa; efectos de la virtualidad en el aprender y el impacto de esta situación en las relaciones y los vínculos.

La distopía como argumento

Guillermo Volkind arrancó la charla aclarando que si bien hay ejes comunes en todo el país, “estamos compartiendo ideas y reflexiones al mismo tiempo que suceden los hechos, por ello tienen un carácter provisorio, cambiante y quizás mañana sean todo lo contrario. Por lo tanto, nada de lo que pueda decir pretende ser suficientemente explicativo ni generalizable”.

De inmediato describió el ambiguo límite que estamos viviendo entre ficción y realidad: “A veces nos acostamos pensando qué es lo que realmente sucede y nos despertamos pensando si ya pasó. Sin saber muy bien qué es lo que tiene que pasar o si ya pasó algo”. Comparó la situación que vivimos a la del espectador de una película de “cine catástrofe” o “distopía”, que presencia la proyección sabiendo que esa trama es “lo que hoy estamos viviendo”. Explica que la realidad ha superado a la ficción, que lo que pudimos imaginar quedó obsoleto y que la distopía “se nos transformó en argumento”. 

Sujeto, espacio y tiempo

Resaltó que “espacio y tiempo son dos nociones que  hacen a la configuración de los sujetos”, mencionó la “cantidad de esfuerzos y operaciones que hacemos por sincronizar nuestro cuerpo y nuestra mente a un tiempo y un espacio”. Destacó el papel de las instituciones -y en especial las instituciones educativas- en la distribución y asignación de tiempo y espacio en una determinada manera.  La escuela es “la primer institución a la que se accede después de la familia”, señaló. “Con un horario escolar, con una cantidad de tiempo destinada al trabajo, otra destinada al recreo, otra destinada a la alimentación; además de una cantidad de tiempo destinada a la semana y al fin de semana, la escuela va marcando diferencias”, explicó.

Lo que está ocurriendo hoy “no es inocuo”, dijo a continuación y argumentó que “esos espacios y esos tiempos, esos indicadores externos que nos dieron la posibilidad de organizar los indicadores internos, están totalmente alterados. Sólo existe el de la vivienda como único espacio y que reemplaza al resto de los espacios”.

No se trata de “un espacio supletorio, sino que contiene la totalidad de los espacios, de todos los convivientes en ese lugar. Y de repente se transformó en espacio de escuela, espacio de trabajo, espacio familiar, espacio de alimentación, espacio de alegrías y espacio de ansiedades, espacio de angustias”, fundamentó el educador.
En la Argentina, “donde el calendario escolar es prácticamente el  calendario de la mayor parte de las actividades, la escuela es un organizador externo de importancia también para la familia y para el resto de las actividades, no sólo para quienes habitamos la institución educativa”.

Lo real y lo virtual

Y aquí viene la importancia de la implementación de la tecnología ante este aislamiento que no coincide en caracterizarlo como “social”. De inmediato fundamenta que “gracias a la tecnología, podríamos llamarlo aislamiento físico. Porque la tecnología nos permite algún tipo de interacción, algún tipo de intercambio y mantener aunque sea, básicamente sistemas de comunicación. Pues lo que está aislado es el cuerpo, lo que está reducido es el movimiento del cuerpo. Mientras que lo social, por suerte sigue activo”. 

Volkind, al mismo tiempo advierte que “intentaron hacernos creer que es posible que exista una lábil frontera entre lo real y lo virtual. Pero la virtualidad es solo una apariencia de realidad”. Agregó que esa “frontera diluida” que se pretende imponer entre lo real y lo virtual “opera directamente sobre esas dos nociones, esas dos variables de tiempo y espacio. Y la dilución de esas dos nociones no nos ayuda. No es favorable a una organización”, aseguró.

Pero, al mismo tiempo, “esta virtualidad tiene la posibilidad de sostener ciertas redes de comunicación, ciertas posibilidades de interacción que son muy favorables”. 

Lo que nos pasa a nosotros “también les pasa a los estudiantes, quienes están teniendo una relación con una escuela que no tiene aulas, no tiene recreo, no tiene campana, no tiene conversación, no tiene pelota, no tiene juego y tiene trabajo a través de una pantalla”, consideró. “Hoy la escuela se está expresando a través de tareas que los docentes mandamos para tratar de sostener no sólo el vínculo pedagógico, sino también la institución educativa”, graficó Guillermo Volkind.

Recursos y contenidos

Al mismo tiempo alertó que “no se puede pretender hoy que de un momento para otro la gran mayoría de  los docentes de la Argentina se transformen en docentes de aulas virtuales”, ello no es posible “no sólo no porque no estamos preparados, sino que no están dadas las condiciones logísticas y la existencia de los recursos que son sólo recursos. No podemos transformar el recurso en contenido”. Recordó que el de los recursos, “es un viejo tema de la didáctica”. En ese sentido afirmó que “no importa si empezamos con el recurso; el recurso si no está relacionado con qué queremos enseñar, muere en el mismo momento que ingresó o se transforma en el activismo, en una suma de iniciativas con destino incierto. El desafío es no perder de vista los otros elementos, qué enseñamos, para quiénes, y en qué condiciones”.

Aseguró que al regresar de la cuarentena, “lo que hagamos hoy va a ser la base de lo que podamos recuperar”. Y desacreditó la idea de que “esto es un ‘mientras tanto’ y lo de verdad va a venir después. Esto es lo de verdad. Sería un gran error pensarlo como un ‘mientras tanto’. Porque sino le quita valor, importancia, profundidad y responsabilidad a lo que está sucediendo”.

Rescató que “la mayor parte de los trabajadores estamos trabajando casi a destajo, más que antes. Por el compromiso, por la demanda, por la necesidad”. De ahí que es necesario “no perder de vista y recuperar este período. Lo que hagamos ahora tiene y va a tener un gran peso cuando volvamos”.

El otro y la identidad

Recalcó que esto “no son vacaciones”. Recordó “que estamos viviendo una crisis. Donde lo que sabemos hasta ahora sirve poco. Y tampoco sabemos qué es lo que viene. Y justamente, la pérdida de los  instrumentos que teníamos y nos resultaban relativamente eficaces es lo que marca la ruptura entre lo que había y lo que hay”. Por ello, es muy importante “pensar qué hacer en este momento y cómo sostener la tarea. Porque en esta crisis también se juega la identidad”. En esta situación de “igualación en la que estamos todos de riesgo y amenaza, nuestra identidad se organiza en relación a los otros y al mundo objetivo. Somos en relación a otro, si no tenemos ese otro que nos da sentido, difícilmente podamos sostener esa identidad”. Lo cual se complejiza en este momento en que “nos estamos preguntando también quién es el otro”. Recordó que en este año “entramos en cuarentena el 16 de marzo”, apenas comenzadas las clases. Y hay muchos docentes que no llegaron a conocer a sus alumnos. Por eso, “quién es el otro, este año aparece con mucha importancia”.  

La adaptación activa

Resaltó aquel “concepto nodal de la Psicología Social que es el de la adaptación activa, que sintetiza y resume la concepción que tiene del mundo, del sujeto y del conocimiento”. Recordó que el mundo “existe y opera directamente sobre el sujeto y gracias al conocimiento el sujeto puede intervenir sobre ese mundo, produciendo a la vez efectos sobre sí mismo”. Así podemos “operar sobre lo que sucede y aspirar a cambiar, transformar aquello que nos obtura, nos dificulta y nos oprime”.
Hoy se potencia “el vínculo con los estudiantes sostenido sobre el conocimiento”. El desafío es comprender “qué efecto develador, acompañante, comprensivo pueden ejercer en nosotros y en los estudiantes los contenidos que debemos desarrollar, para poder ponernos activos en esta situación y defender nuestra salud mental desde ese lugar y sobre todo, para dejarnos en condiciones de no perder los vínculos de solidaridad, acompañamiento y respuesta colectiva”, sentenció.

La familia como mediadora

Resaltó la importancia de “la solidaridad, trabajar con otros también es fundamental”. Del mismo modo subrayó la necesidad de comprender “lo que sucede en las familias, porque al estar en un sólo espacio, la cantidad de cuerpos en el único espacio de la vivienda, haciendo múltiples y diferentes tareas, no sólo no es lo mismo en términos de espacio, sino que el efecto que produce eso es completamente otro”. Por ello, “necesitamos de la familia, que colabore como una suerte de intermediarios porque no es fácil, que el mensaje que sale del docente, intermediado solo por recursos que algunos conocen y otros no tanto, llegue al estudiante, el estudiante lo comprenda y pueda responder”, fundamentó. Hoy, “el docente trata’ de’, el estudiante trata ‘de’ y la familia intermedia en lo que puede. Entonces, la colaboración, ponerse en contacto con la familia es muy importante, porque la familia también está pasando la misma situación que nosotros y necesita tranquilizarse”. Y recordó que “los docentes también somos familia en una vivienda controlada y reducida, estamos pasando lo mismo con nuestros hijos y debemos funcionar como padres de esos estudiantes haciendo lo que otros docentes les mandan”.  Hay un grado de simultaneidad que es necesario “identificar y discriminar para no cometer errores. La depositación de la responsabilidad en el otro hoy está totalmente alterada. La relación con la familia debe ser tenida en cuenta porque en otros momentos, la división ellos o nosotros ha hecho bastante estragos en la situación educativa”.

Individualismo y solidaridad

Ante una pregunta, planteó que “efectivamente hay mucho individualismo, pero me parece que prima lo solidario”. Y ejemplificó: “volvemos a encontrarnos cada noche aplaudiendo a seres anónimos que desconocemos y que en ese aplauso les reconocemos que estén en la primera línea. Y que si ellos están es posible lograr que el Coronavirus no nos ataque”.

Aún con un contexto que es “muy persecutorio” y sucede entonces que “aumentan las ansiedades y los rasgos que ya tenemos”. Así, quien “era individualista antes de esto no se va a volver solidario por arte de magia, pero el que tenía un rasgo solidario, un resto, probablemente en esta situación se potencie”.  Por ello recomendó poner en relevancia que “nadie queda a salvo individualmente, la aspiración de que si me encierro en lo mío solo en la vivienda, voy a preservarme está demostrado que es inútil”. 

La contradicción principal

En distintos puntos de la charla, Volkind trajo a colación la idea muy difundida de que “esto también puede llegar a ser como una suerte de ensayo general para ver cuánto se puede reemplazar de lo real y físico por lo virtual. Es decir, cuántos puestos de trabajo pueden estar suplidos”. De inmediato, afirmó que “lo real no puede ser reemplazado por lo virtual”. Aún reconociendo que “lo que está sucediendo hoy puede ser utilizado para algo a lo que después vamos a tener que oponernos, pelear y enfrentarnos”, no se puede perder de vista que en “emergencia y crisis hay que resolver cuál es la contradicción principal”. Y lo principal hoy es “cómo sostenemos esta tarea que nos da identidad a nosotros y que favorece la salud también de los estudiantes”. Parte de nuestra vitalidad “depende de mantener vivo este desafío del conocimiento. Esta es la capacidad que tenemos, reconocer lo que nos obtura y tratar de enfrentarlo y modificarlo”, insistió finalmente. 

 

Clic acá para acceder al video completo de la charla. 

 

[1] - Asociación Civil Corriente Pichoniana Mendoza

- Asociación de Profesionales de la Psicología Social Argentina

- Attepso - Asociación Tucumana de técnicos en Psicología Social

- Primera Escuela Privada de Psicologia social Dr. E. Pichón Rivière

- Escuela de Psicología social Dr. E. Pichón Rivière - Santa Fe

- Primera Escuela Privada de Psicología Social - Sede Bariloche

- Ceps Centro de Estudiantes Pichón

- Centro de Estudios y Aprendizajes ETHOS - Pilar provincia de Buenos Aires

- Vínculo Escuela - Neuquén

- Psicología Social Rosario IRDES

- Escuela Rosarina de Psicología Social "Dr. Enrique Pichon-Riviere"

- Psicología Social Córdoba - Instituto Pichon Rivière

- Instituto Superior de Psicología Social de Tucumán "Dr E. Pichon Rivière"

- Escuela de Psicología Social Mendoza Dr. Enrique Pichon Riviere

- Escuela Pichon Riviere Uruguay

Publicado por Río Bravo el 15 de abril de 2010

 

https://youtu.be/pmtG7-8AcM8
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Modificado por última vez en Miércoles, 15 Abril 2020 13:24

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