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Domingo, 21 Enero 2018 20:37

El rol social de los clubes y la violencia de género

Escrito por Leandro Gillig

 “El fútbol no escapa a los estereotipos que la cultura patriarcal capitalista ha impuesto”, afirma el autor de la nota, quien entre otros aspectos analiza el rol de los medios y de los clubes en los hechos de violencia.   

Los últimos días han trascendido algunoshechos protagonizados por dos jugadores de Boca; Edwing Cardona y Frank Fabra. No son hechos aislados, se le suman el último tiempo las denuncias al ex River y Huracán Luis Gonzales, quien intentó matar a su esposa en el balcón de su casa delante de sus hijos, también está el caso de Ricardo centurión quien fue acusado de golpear y romper la dentadura a su ex novia y hoy tiene una restricción perimetral, y otros casos como Alexis Zárate, y recientemente Fernando Tobbio. Esto solo por nombrar los más resonantes, ya que existe una lista gigantesca de casos de violencia de género por parte de jugadores o profesionales ligados al futbol.

 

Se han reavivado varios debates en torno al machismo que se le adjudica al mundo del fútbol y cómo determinadas prácticas parecieran estar naturalizadas. A estas se le suman expresiones machistas y xenófobas, manifestadas a través de cantitos donde se menciona la poca hombría que se le suele adjudicar al perdedor, o incluso se suele hablar de sexo violento cuando un resultado es abultado.

 

En síntesis, podemos decir que el fútbol no escapa a los estereotipos que la cultura patriarcal capitalista ha impuesto donde se asocia a la feminidad con pasividad, sensibilidad, sumisión y a la masculinidad con la actividad, agresividad y fortaleza.

 

Pero lo que nos interesa en este caso analizar es por un lado el rol de los medios, pero principalmente de los clubes y el mundo del fútbol ante estos hechos de violencia.

 

No son actos de indisciplina, es violencia de género.

En principio tendríamos que decir que la mayoría de los medios de comunicación masiva, pero principalmente los deportivos analizan estos actos desde la indisciplina, la falta de profesionalismo, falta de ética deportiva, discuten quien debería ser el reemplazante de tal o cual jugador en caso de que tenga un problema judicial, y en otros casos toman posición a favor de los jugadores relativizando los hechos y poniendo en duda las denuncias.

 

En la pantalla de TyC Sports, en uno de estos extensos programas de la tarde, en un móvil con simpatizantes, pudimos ver como un niño de 10 años vociferaba “estas minas buscan guita” mientras que otro hincha exclamaba “Cardona con el golazo que le hizo a River, que me importa la vida privada” y esto era festejado con risas por los supuestos periodistas en el piso.

 

El mercado ha impuesto sus valores en el deporte.

En sus inicios el deporte era una actividad destinada principalmente a los hombres mientras que la mujer era relegada como en gran parte de las actividades artísticas, culturales. Con el tiempo la mujer fue ganando espacios en el deporte, producto de grandes luchas reivindicativas a nivel social.

 

Las identidad desde masculinidad y feminidad se conforman socialmente aprendiendo pautas de comportamiento desde la niñez, es así como se nos impone que “las muñecas para nenas y la pelota para el nene", esto influye en el proceso los aprendizajes y desarrollo motores de utilización y percepción del propio cuerpo.

 

A partir de esto se ha naturalizado la idea de que el ambiente del fútbol es machista, y desde allí se legitiman sus prácticas. Muchas acciones y expresiones de violencia, machismo y xenofobia se esconde bajo la idea de “el folklore del fútbol”.

 

Lo cierto es que en su origen los valores del deporte y del fútbol en particular, no responden a estas ideas dominantes que se han ido construyendo.

 

Como escribió María Cappa en una nota para el diario “El salto” y como estableció la ONU en 1978, el deporte es un derecho humano. En la Carta Internacional revisada de la educación física, la actividad física y el deporte, redactada a finales de 2015, la UNESCO ratifica que “la oferta de educación física, actividad física y deporte de calidad es esencial para realizar plenamente su potencial de promoción de valores como (...) el respeto por sí mismo y por los demás participantes, el espíritu comunitario y la solidaridad, así como la diversión y la alegría”.

 

Esto significa que el deporte y la cultura inciden plenamente en nuestra formación como individuos miembros de una sociedad.

 

El futbol como juego y deporte no tiene dueño y tiene un origen popular, fue creado de manera colectiva, se fue construyendo desde muchos lugares, en los manuales de historia encontramos indicios del juego en Japón, en China, en Egipto, incluso hay registros de juegos practicados por los Mayas, muy similares al fútbol. Practicar con una pelota aglutinaba a muchas personas, y eso siempre fue incómodo para las clases dominantes que intentaron prohibir estas prácticas, hasta que vieron en ellas la posibilidad de hacer dinero.

 

El fútbol como deporte y como actividad lúdica no es intrínsecamente machista, ejemplo de esto son los países con poca tradición futbolística como EE. UU donde el fútbol femenino supera ampliamente en importancia, ganancias, y cantidad de espectadores a la MLS (Mayor League Soccer, liga masculina)

 

El mercado ha modificado valores del juego, ha visto en el fútbol una fuente inagotable de recursos económicos para acrecentar su riqueza, impregnándolo de su moral, sus valores patriarcales, su amor al dinero, su culto a lo útil, a la eficiencia (lo único que importa es ganar como sea).

 

La función social de los clubes

La historia de los clubes en la Argentina es muy rica, se podría decir que gran parte de la historia de nuestro país se puede explicar desde los clubes y su ligazón con los problemas del pueblo.

 

La mayoría de los clubes surgieron a finales del siglo XIX y principios del siglo XX como sociedades de fomento que en muchos casos se ocupaban de las necesidades barriales. También se mezclaban clubes iniciados por inmigrantes que veían allí un espacio para mantener viva su cultura. Así como también se puede hablar de muchos clubes que en su origen reunían a la clase obrera y demás sectores populares y que fueron fundados por anarquistas y comunistas, como los ejemplos que nos cuenta Osvaldo Bayer en su libro “Futbol Argentino”; “se promovió el que se llamó Los Mártires de Chicago –en honor a los trabajadores ahorcados por impulsar las ocho horas de trabajo, luego perdieron las elecciones y pasaría a llamarse Argentinos Juniors.”

 

También está Independiente, que eran socialistas. Fue fundado por los trabajadores de una gran fábrica metalúrgica, se reunieron en un café del centro, en la calle Perú e Yrigoyen. Por eso le pusieron Independiente, porque eran independientes de la fábrica.

 

Y también podemos hablar de la federación deportiva obrera fundada en 1924 y llegó a nuclear a mas de 70 clubes obreros.

 

Y como estos muchos ejemplos, pero en ningún caso un club surgió a espaldas de los procesos sociales.

En la argentina los clubes siguen siendo asociaciones sin fines de lucro, a pesar de los intentos del Gobierno de Macri por privatizarlos. De todos modos, en su gran mayoría están plagados de dirigentes que los utilizan como plataforma para grandes negociados, venta de jugadores, utilización de barras bravas, etc, y en lo último que piensan es en la función social que deben cumplir las instituciones. Los dirigentes empresarios intentan aislar a los clubes de los acontecimientos sociales

 

Tomar las mejores experiencias para recuperar la función social de los clubes

Existen grandes excepciones de miles de clubes barriales, como por ejemplo Alumni Azuleño que decidió abrir sus puertas a los hijos de los más de doscientos trabajadores despedidos de la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos de Azul (Fanazul). Los hijos de los trabajadores despedidos de Fanazul no tendrán que pagar. Bajo la consigna "Papá sin empleo, pero no pibe sin club".

 

En el último tiempo ha habido grandes avances en términos de igualdad, cada vez se ven más mujeres en comisiones directivas, muchas psicólogas deportivas también se han ganado un lugar en primera división árbitras y juezas de línea, como el caso de Mariana de Almeida o Gisela truco.

 

Ya hace mas de 15 años se organizó MACFUT (Mujeres Asociadas a Clubes de Fútbol) “que se reúne mensualmente con el objetivo de bregar por una mayor participación de la mujer en las comisiones directivas y por ende en la toma de decisiones en los clubes”.

 

En materia deportiva aun es incipiente el fútbol femenino pero la mayoría de los clubes de primera división, tienen su equipo. Si bien el torneo de fútbol femenino existe desde 1991, en el último periodo ha habido una proliferación de clubes que han permitido generar una segunda división. Vale aclarar que no es el único torneo en Argentina, sino que en las distintas ligas regionales existen otros torneos locales. Similar a esos, este sería como el torneo regional metropolitano. Además, existen el Campeonato Nacional Femenino de Equipos y Selecciones de Ligas, y a nivel continental se ha creado la copa libertadores.

 

En la argentina el fútbol es un hecho cultural que atraviesa principalmente el sentimiento y la emoción de los sectores populares, es por eso que en este contexto donde han salido a la luz varios casos de violencia de género es necesario que los clubes generen ámbitos de debate y discusión y acompañen un movimiento que en las calles a lo largo y ancho de todo el país se hace escuchar exigiendo derechos, poniendo en debate el rol de la mujer en la sociedad, exigiendo se declare la ley de emergencia de género y demás reivindicaciones.

 

Los clubes son hijos de una comunidad, que los antecede y los supera, y por este motivo se deben a ella.

Modificado por última vez en Domingo, 21 Enero 2018 20:51

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