Un grupo de ex trabajadores de las distintas empresas que conforman el grupo Flecha Bus se reunieron este martes a la mañana frente a los galpones que la firma posee en calle Churruarín casi Ayacucho de la capital provincial, para visibilizar su situación y denunciar arbitrariedades y presiones de las que fueron y siguen siendo víctimas.

Sólo en la capital provincial, desde principios de agosto hasta la fecha, cerca de 40 empleados de distintas empresas pertenecientes al grupo y áreas de las mismas -muchos se vieron las caras por primera vez en la protesta- fueron despedidos paulatinamente y para sorpresa de los afectados, no sólo por el hecho de quedarse sin su fuente de ingresos sino por los motivos esgrimidos.

Catriel Acuña, ex empleado de Zenit, en el sector de carrocería del taller, contó a Río Bravo que hacía 10 años trabajaba en la empresa: “De un día para otro nos encontramos con que nos despedían. Vine un día a trabajar, entré a las dos de la tarde y me llamaron a las cuatro para despedirme, acusándome, diciéndome que llegué dos días tarde, sin un aviso previo, ninguna notificación, nunca nada, de golpe y porrazo”, y agregó que “con todos los otros compañeros fue lo mismo, casi todos con la misma causa, por no ordenar el lugar de trabajo".

Las condiciones en que se producen la salida del lugar de trabajo generan bronca entre los ex trabajadores del grupo de la familia Deruder: “Nos echan, no pagan los días trabajados, el preaviso, vacaciones. Esa es la indignación que tenemos y por eso estamos convocados acá y la idea es que esto se haga visible, de que acá también hay muchos despidos y esto va a seguir. Queremos hacernos escuchar y que esto pare un poco”, señaló Acuña.

Los ex empleados informaron que en la jornada de este lunes fueron despedidas tres trabajadores con muchos años de antigüedad.

En el lugar del reclamo se vio la presencia de miembros de la conducción provincial de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) -entre ellos Oscar Muntes, Pedro Zuchuat, Víctor Sartori y Esteban Olarán- que se acercaron a brindar su respaldo a los trabajadores despedidos.

Por otro lado, durante el reclamo, ningún representante o directivo de la empresa salió a tomar contacto con los manifestantes.

Denuncia de causas inventadas, presiones y críticas a “la complicidad del Gobierno”
Otro de los ex empleados del grupo, Lucas Milocco, administrativo de la empresa Zenit, con 11 años de antigüedad consideró que la actitud hacia los trabajadores “es el chantaje” y cuestionó: “Quieren jugar con nuestro tiempo y nuestras necesidades, no nos quieren pagar lo que corresponde, juegan. Algunos podemos afrontar la realidad diaria de mejor manera y otros no, entonces ellos buscan dilatar el tema".

En cuanto a las razones esgrimidas por las empresas a la hora de despedir a sus trabajadores, Milocco denunció: “Los motivos son todos inventados, incluso raros, porque en mi caso me despiden con algo tan general como mal desempeño de funciones y yo hace 11 años que estoy. Otro de los motivos por los que me echan es por hacerle perder productividad a la empresa y siendo empleado administrativo no sé cómo se podría generar eso”.

Además denunció otra situación de extrema gravedad, como el hecho de que a otros trabajadores “los presionaron porque tenían familiares trabajando acá y les dijeron que si no renunciaban o no aceptaban lo que ellos ofrecían como indemnización echaban al hermano o familiar que tuvieran adentro”.

Además, esta situación genera preocupación también de cara al futuro laboral: “En todo caso será reducción de personal pero a todos nos inventaron causas, lo que nos llena más de bronca porque eso nos ensucia el legajo laboral. Si el día de mañana queremos ir a buscar trabajo en otra empresa eso es como una mancha".

Considerando el contexto económico actual, Milocco sostuvo que el reclamo no es sólo para la empresa "sino también para el Gobierno que es cómplice por haber permitido que esto suceda, cómplice porque jamás vino a hacer una auditoría o a ver cómo se manejaban y también por las políticas que están aplicando".

Por otro lado, cuestionó el rol de los gremios, por su silencio e inacción frente a los despidos.

Julián Chimento, ex empleado de San José, electricista en los talleres de la empresa, también señaló que no tuvieron respaldo sindical de los gremios del sector. "Yo pertenezco a UTA y jamás recibimos ni un llamado". Explicó que por eso se contactaron y decidieron reunirse para hacer visible la situación "y que la gente se entere de lo que estas empresas están haciendo".

“Son empresas muy grandes, Flecha Bus es un grupo muy grande con muchas empresas adentro. Con muchísimos compañeros hemos hablado en el momento en que teníamos trabajo por las categorías, horas extras, el tema de auxilios que se hacían en las rutas y nunca hubo una respuesta; las condiciones laborales no eran las adecuadas, teníamos aceite y gasoil en el piso, los elementos de trabajo no eran los adecuados, la vestimenta, el calzado y queremos que la comunidad sepa por lo que estamos pasando y lo que hoy le toca al sector de transporte", recordó.

La mayoría de los trabajadores no tienen expectativas ni deseos de reincorporarse a la empresa después de las arbitrariedades sufridas y el principal objetivo es que se abonen los días trabajados del mes en que fueron despedidos, que otorguen la indemnización que corresponde.

Publicado en Pago chico