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Domingo, 16 Octubre 2011 09:30

Eso de la tendinitis

Escrito por Claudio Puntel
Eso de la tendinitis Pintura de Diana Dowek

“¿Qué es eso de la tendinitis?”. La pregunta de la presidente, con fingida sorpresa ante el reclamo de los trabajadores del subte, indica los límites de lo que el kirchnerismo está dispuesto a conceder a los trabajadores. Cualquier demanda por sobre eso, será cuestión de reagruparse y luchar.

Al momento de la protesta, había 30 trabajadores del subte con diagnóstico de tendinitis y lo que exigían era “que se cambie de lugar el dispositivo, nada más”, como explicó entonces Enrique Rositto, de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (Agtsyp).

Abel Bohoslavsky, que es médico del sindicato de obreros de Pirelli, recuerda que en el mundo laboral a la tendinitis se la conocía como “la enfermedad de los mecanógrafos y las costureras”, y explica que afecta a los tendones “que transcurren por la mano, la muñeca y el antebrazo”.

Según Boholavsky, “el número de casos de lesiones repetitivas por esfuerzos se viene incrementando en los últimos años” y esto se debe “al aumento de la carga de trabajo, a los ritmos de producción en la industria y la falta de períodos de descanso”.

En sus dichos por la cadena nacional, además de descalificar la defensa de la salud laboral, defendiendo a los empresarios del subte, dijo también: “Estos de la tendinitis son a los que les reconocimos la libertad sindical. Les pido a todos los argentinos que tienen responsabilidades, que trabajan, que estudian, que están arriba de un arado, que pensemos un minuto no sólo en nosotros mismos. Son actitudes egoístas, insolidarias, impropias”. No hacen falta más aclaraciones, le bastaron un par de párrafos para indicar hasta dónde el kirchnerismo puede tolerar el ejercicio de los derechos de los trabajadores y que toda concesión que dan es a cambio de subordinación. De hecho, a la Agtsyp , el gobierno kirchnerista a través de Tomada, sólo les permitió la inscripción gremial; lo que está muy lejos de la “libertad sindical” declamada y del reconocimiento del sindicato.

En la Argentina dependiente, las enfermedades laborales en la industria, en la construcción, en las oficinas, en los call centers, en el transporte, etc., aumentan y se extienden. En 2007, Pepsico Snacks despidió a la obrera Estela Macarof, que fue una de las primeras trabajadoras en denunciar ante la ART la enfermedad laboral también conocida como LER (Lesiones por Esfuerzos Repetitivos).

La gran lucha de los obreros de Kraft en 2009 comenzó en marzo con un reclamo por salud laboral que incluía el cumplimiento de la Ley de la Silla , una conquista promulgada como ley en 1935 (Ley Nº 12.205). Sobre todo, reclamaban “las sillas en envasamiento, que les permita no trabajar paradas las ocho horas, evitando várices, enfermedades, accidentes”, relataba Ramón Bogado, entonces coordinador de la Comisión Interna. Pocos meses más tarde se levantaron para exigir las medidas de protección ante la epidemia de H1N1.

La salud laboral en la crisis

Para el abogado laboralista Julio García Torre, el derecho laboral “es un derecho protectorio y tarifado; o sea es protectorio hasta ahí, y todo está tarifado en la ley: la indemnización por despido está tarifada, la indemnización por accidente está tarifada, un brazo, una pierna, una vida vale tanto”. García Torre aclara que el carácter de “protectorio” es relativizado “pues en momentos de crisis, en momentos donde campea la desocupación, el derecho del trabajo en vez de afianzarse y en vez de buscar mecanismos protectorios, cede ante eso y aparece la derogación de conquistas, la baja de los estándares de protección”. Por ello propone que los trabajadores deben buscar “otra noción que no sea tan técnico jurídica y que lo aproxime más a la realidad política económica y social de lo que es el derecho laboral”. Con esa premisa, define al derecho laboral y al derecho social en general, como “el reflejo en el plano jurídico de los avances y retrocesos de la lucha de clase obrera por mejorar sus condiciones de vida”.

En nuestro país, se escuchan los truenos previos a la tormenta de la crisis del capitalismo. Los anuncios de suspensiones, cierres de turnos y adelanto de vacaciones en algunas industrias importantes (Fiat, Volkswagen, Alpargatas, etc.) indican cuán cerca están los primeros vientos, y que las patronales piensan capearla ajustando a los trabajadores.

Quizá por eso la presidenta se pregunta “qué es eso de la tendinitis”. Se está preguntando, con otras palabras, qué es eso de no querer ceder. ¿O estarán pensando los trabajadores que los que tienen que ceder son los empresarios que se reunieron hace días en Mar del Plata en el Coloquio de IDEA (el más rancio, conocido y reaccionario antro de elucubración de ideas y propuestas de la “derecha noventista”) a aplaudir el “modelo nacional y popular”?

En ese caso, entonces, no habrá medidas más “solidarias” que luchas como “la de la tendinitis”. Porque cada vez que un grupo de trabajadores dice basta, no cedemos más, el conjunto de los que yugan por un sueldo avanza un paso, y el conjunto de los poquitos que provocaron todas las crisis y siempre salen bien parados, tambalea y se marea un poco, como para perder la costumbre.

Publicado por Río Bravo el 16 de octubre de 2011.

Modificado por última vez en Domingo, 16 Octubre 2011 17:11

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