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Martes, 02 Agosto 2011 20:09

Jujuy: Las muertes del modelo productivo

Escrito por Martín Tactagi

La represión en las tierras de Blaquier por ocupar quince hectáreas es parte del modelo productivo que los Kirchner han instalado en la Argentina desde el 2003. Muertes necesarias que con sus cuerpos, con su sangre, siembran un proyecto de país donde la concentración de la tierra y la súper producción son imprescindibles.  

Todas las miradas apuntan al juez que firmó la orden de desalojo y a la policía que la obedeció con las armas cargadas de muerte. Pero hay una realidad que seguirá latente aún después de recusar al juez y de encarcelar a los policías asesinos. Que laterá bajo la tierra incluso después de que el gobernador de la provincia, Walter Barrionuevo, pague el costo político por la masacre. Una realidad que se desangra por las tierras argentinas de norte a sur y de este a oeste. Una realidad que se presentó en Capital Federal, donde dejó sus muertos en el parque Indoamericano y en Formosa, en la Primavera, donde Mario y Roberto López fueron masacrados por la policía del gobernador Gildo Isfrán.

En Entre Ríos esta realidad la viven los pastajeros de Santa Elena que resistieron el desalojo de la policía y del ministro de la producción Roberto Schunk, quien pretendió “subsidiarlos” con cincuenta mil pesos a cada uno si dejaban las 100 hectáreas en silencio. Tierras que pertenecieran al frigorífico, a la provincia, y que hoy pertenecen a  Granja grupo Tres Arroyos, ejemplo del modelo productivo en cuestión. Muchas tierras en pocas manos.

El modelo productivo

No fue gatillo fácil. No fue culpa de una policía inepta que carece de elementos para el manejo de estas situaciones. Tampoco de un juez que tras firmar se fue de vacaciones, desinteresándose del destino de las familias que iban a ser reprimidas. En todo caso, son engranajes que como parte de la maquinaria estatal resultaron indispensables para su funcionamiento. El problema de fondo no se resuelve encarcelando a unos y recusando a otros, porque esto mismo ocurrió en Formosa, en Capital y en Entre Ríos. La verdadera causa que está detrás de todas estas muertes es el modelo productivo. Es la tierra concentrada de ese modelo productivo. Por esto es necesario matar. Porque lo manda un modelo productivo semejante a Santa Cruz, donde los Kirchner le dieron a Bennetton 900 mil hectáreas, en el que prevalece la propiedad privada de los terratenientes por sobre la necesidad de la población. Un modelo productivo de concentración de tierras y de producción a gran escala que ha provocado la expulsión de 60 mil campesinos en estos ocho años de gobierno Kirchnerista.  

Cristina y Blaquier, Socios

En este sentido, la lógica de un asesino de la dictadura como Blaquier, de cobrar con muertes si le ocupan quince hectáreas cuando tiene 157.000 mil, responde a lo solicitado por el modelo productivo. Blaquier, alumbrado por este proyecto productivo, fue beneficiado por el gobierno de Cristina con el cupo para la producción del biocombustible. Así, Bioledesma (integrante del grupo agropecuario Ledesma) es el grupo más beneficiado en la distribución de cupos para la producción de bioetanol, con 48.955 metros cúbicos sobre un total de 350.000 en distribución.

Es además uno de los productores de cerdos más grandes de  la Argentina, y tiene 52.000 has agrícolas cultivadas en la actualidad, de las cuales 26.000 son en Estancia La Centella situada en Concepción del Uruguay. De un total de 157.000 hectáreas, sólo el 39 % son destinadas para la producción, mientras el 61 % restante están a la espera de ser trabajadas.

Blaquier es un nombre más de los beneficiados por este esquema productivo, entre los cuales pueden contarse a pooles de siembra como Grobocopatel, o las grandes empresas lácteas como Mastellone Hnos, que concentran gran parte de la producción y los subsidios, provocando cada día el cierre de un nuevo tambo. Modelo productivo que en los últimos ocho años ha expulsado un total de 60 mil pequeños productores, y que recientemente, con la ampliación del cupo de exportación de trigo, ha vuelto a beneficiar a los sectores concentrados de la economía que ya tenían comprado el cereal. Modelo Productivo con dueños de las exportaciones como Cargill y Dreyfus, entre otros.

Jóvenes

Juan Velázquez  tenía 37 años, Ariel Farfal 17 años, Félix Reyes 21 años y Alejandro Farfal 22 años. Todos jóvenes. Cuando el Kirchnerismo reivindica al joven como el nuevo sujeto social, ¿a qué joven reivindica?, ¿a la Cámpora? ¿Qué ocurre con estos cientos de jóvenes que son asesinados como en Río Negro, en Buenos Aires, en Formosa o en Jujuy? ¿Son jóvenes distintos? ¿Son jóvenes que no merecen llegar a viejos? Estos jóvenes no entran en el modelo productivo porque están ocultos en los montes, en el interior lejano de la pobreza, gritando por tierra, por trabajo digno, no dispuestos a naufragar en el mar de miserias en el que han nacido. Entonces estos jóvenes no entran en el modelo productivo. No sirven.

Por estas horas, cientos de familias, gremios como el de docentes y CTA, familiares de policías y organizaciones sociales, han ocupado las hectáreas por la que los jóvenes dejaron sus vidas. Al tiempo que entierran sus muertos, continúan la pelea por cada palmo de tierra que les pertenece. Pelean por otro modelo productivo. Distinto al de Cristina y Blaquier. Pelean por otra forma de vivir y de morir. Una pelea que ya no es de pocos sino de muchos, y que por esencia tiene una lógica diferente. Para ellos, esos jóvenes, sus muertos, no pueden ser en vano.

Publicado por Río Bravo el 2 de agosto de 2011.

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