Foto: Cristina Fernández y Wen Jiabao, Primer Ministro chino (2012).
El oficialismo montó un show para celebrar diez años en el poder. Con la presencia gratuita de Silvio Rodríguez, Fito Páez, Andy Chango, Fena Della Maggiora, Ignacio Copani, Banda Trinidad (Paraguay), Falta y Resto (Uruguay), el Ballet Folklórico Nacional y la Orquesta Libertador General San Martín, más la bajada de línea para todos los gobernadores e intendentes afines de que “movieran todo”, el oficialismo convocó a una multitud para escuchar el relato de Cristina. Sin embargo, como siempre, pese a los dobles discursos, la REALIDAD se encarga siempre de aflorar. En esta nota, hacemos un repaso de los ganadores y los perdedores de la década kirchnerista.
Los que ganaron
Sin lugar a dudas, hay sectores que fueron muy beneficiados por estos diez años de kirchnerismo. Grupos económicos amigos, aliados, y la creación de un poder económico propio a través de testaferros.
1- Vamos a tener en cuenta las propias palabras de la presidenta, cuando dijo que “los bancos nunca ganaron tanta plata como con este gobierno”. Y los datos le dan la razón: en el primer semestre del año pasado, el sector bancario lideraba en rentabilidad con 4.443 millones de pesos (¿quedó claro? ¡en sólo 6 meses!). Para el análisis político vale la pena destacar que este gobierno es el que más deuda externa ilegítima, ilegal y fraudulenta ha pagado. También es preciso nombrar algunos personajes como Eskenazi (dueño de los bancos de Entre Ríos, Santa Cruz, Santa Fe, San Juan y vicepresidente de YPF), quien creció enormemente en este período. Otro que es importante destacar es el Banco Macro de Jorge Brito, de vínculos muy estrechos con varios de los escándalos de corrupción del kirchnerismo. Finalmente, merece una reseña especial el Banco Credicoop, dirigdo por Carlos Heller, financista de los partidos “comunistas” que apoyan este gobierno. Esta entidad, fundada con espíritu cooperativista, hoy tiene intereses puestos a favor del pago de la deuda externa, balances que no cierran y es el banco privado que peor paga a sus empleados.
2- La misma lista emitida de acuerdo a los datos de la Bolsa de Comercio, ubica tercero al sector petrolero, apenas por detrás de la industria, con ganancias por 4.075 millones de pesos. Desde la privatización de YPF (por la cual militaron activamente y ganaron cientos de millones de pesos), los Kirchner son una familia fuertemente vinculada a los petroleros. Desde que llegó a la presidencia, Néstor renovó concesiones petroleras a monopolios extranjeros y montó un enorme grupo propio de la mano de Lázaro Báez, quien es defendido por Carta Abierta pese a que “no puede justificar ni un asado”. La falsa nacionalización de YPF (ver La fiesta ajena), ya empieza a descascararse con el acuerdo realizado con la yanqui Chevrón, y las relaciones entre Bulgheroni (socio de la china Sinopec), Lázaro Báez y Galuccio. Esto demuestra que si bien los Kirchner facilitan negocios a grupos imperialistas no yanquis (chinos, rusos, europeos), pueden hacer excepciones.
3-Muy arriba de esta lista se debe ubicar a los grupos concentrados. Pese a su discurso, los oligopolios, monopolios, como también la concentración de la tierra han crecido enormemente durante el kirchnerismo. Y vale destacar que este fenómeno no se dio pese a los esfuerzos del gobierno, sino gracias a las gestiones del poder. Cuando Página12 era algo parecido a un diario, nos informaba que “sólo dos empresas en el país fabrican tolueno (YPF y Petrobrás), el producto petroquímico del que deriva el plástico”. De ese insumo se elaboran la mayoría de los envases. Por su parte, Siderar (del grupo Techint) domina la fabricación de la chapa laminada, con la que se fabrican vehículos, hojalata, tractores y electrodomésticos. Aluar (del grupo Madanes) domina en aluminio, otro insumo que es clave para toda la industria. Respecto a lo antedicho, cabe destacar la presencia del grupo Petersen de Eskenazi (testaferro y/o ex socio de los Kirchner) en YPF, y las intenciones de Cristóbal López (el otro gran testaferro K junto a Lázaro Báez) de comprar Petrobrás. La relación con Techint fue de mayor (Skanska) a menor, pero nunca se tocaron sus intereses a fondo en nuestro país. Algo que sí hizo Chávez, por ejemplo, quien nacionalizó (nada de truchadas mixtas como acá con YPF) Tenaris, perteneciente a dicho grupo en Venezuela. Esa es la diferencia entre un gobierno de burguesía nacional y un gobierno intermediario de intereses extranjeros como el nuestro. Respecto a Aluar, la relación es tan estrecha, que sería engorroso nombrar todos los favores que le ha facilitado el Gobierno a este monopolio que hizo negociados con el Estado desde la dictadura de Lanusse hasta nuestros días. Uno de los herederos de este monopolio es Matías Garfunkel, dueño de algunos medios del aparato de propaganda oficial, y vinculado a negociados de lavado de dinero muy variados. También merecen una investigación especial las telefónicas (que se reparten el país en dos partes, como buena asociación monopolista), cuyas privatizaciones jamás fueron puestas en cuestión por parte del kirchnerismo y a pesar de las modificaciones son los grandes beneficiados con la Ley de Medios, cosa que agradecen con apoyo al oficialismo en todos sus medios de comunicación.
Finalmente, queremos dedicar una breve referencia a la concentración y extranjerización de la tierra durante esta década. Antes, durante y después de la rebelión agraria de 2008, Cristina apoyó explícitamente “la producción en gran escala”, es decir, a los hoy llamados pooles de siembra (algunos de los cuales son propiedad de funcionarios nacionales y de las provincias). Esta declaración de principios pasó desapercibida para los progresistas de café que se oponen a la oligarquía, que desde luego se regocijaron con la supuesta ley contra la extranjerización de la tierra. Como no conocen un campesino ni por fotos, y no entienden nada del problema de la tierra, aplaudieron esta medida, que permite seguir extranjerizando y no toca los “derechos adquiridos”. Es decir, todas las tierras que día a día se les quitan a los pueblos originarios a sangre y fuego. La presencia de Insfrán (responsable de la masacre diaria del pueblo Quom en Formosa) junto a ella en el acto del 25 de mayo fue toda una señal de Cristina.
4- Jardineros, familiares (desde conyugues hasta ex cuñados), socios, punteros, amigos, vecinos, amigos de amigos, vecinos de vecinos, familiares de familiares, socios de socios; de los funcionarios de turno. El crecimiento patrimonial (imposible de justificar sin corrupción) de la clase política dirigente es una constante desde la dictadura hasta nuestros días.
Los que perdieron
Esta es la lista que los kirchneristas llaman “lo que falta”, o la que esconden, la que no quieren ver, la que consideran un asunto menor, en relación a las bondades del “modelo” antes descripto.
1- El pueblo argentino fue el gran perdedor de esta década. La mayor parte de la recaudación del gobierno proviene de impuestos regresivos como el IVA (que aumenta su importancia cada año por la inflación) o el saqueo al salario. Los recursos que juntó con sangre y sudor (porque desde el kirchnerismo hablan como si la plata de las inversiones la pusieran ellos), fueron destinados en su mayor medida al pago de la deuda externa, ilegítima y fraudulenta de la dictadura y a los bolsillos de los grupos antes descriptos. El engaño de la deuda es defendido bajo el paradójico nombre de “desendeudamiento” por el propio kirchnerismo, quien ha diferencia de Ecuador jamás investigó ni un sólo peso del negociado. Y como el sistema está hecho adrede en base a intereses leoninos y estatizaciones encubiertas, seguimos debiendo prácticamente lo mismo. Finalmente, vale recordar que la devaluación impulsada por Duhalde, y de la cual se benefició este Gobierno, golpeó a los salarios de los trabajadores, quienes favorecieron la productividad de las empresas perdiendo poder adquisitivo.
Párrafo aparte merecen todas las conquistas que los oficialistas defienden como propias. Todas, absolutamente todas, fueron el producto de la lucha del pueblo y de las organizaciones que históricamente vienen defendiendo los derechos humanos y las causas populares. La asignación universal (que aún con el aumento es insuficiente en relación a la inflación y no es universal) fue una lucha de la CTA que el gobierno aprobó antes de que la oposición la presentara en el Congreso. La anulación de las leyes del perdón, fue un proyecto de Patricia Walsh que el gobierno tomó como propio como estrategia electoral y al ver que contaba con apoyo popular. La estatización de las Afjp es una medida correcta pero el destino que se le están dando a la mayoría de los fondos del Ansés (con excepción del pequeño porcentaje que se destina con fines sociales) no es el correcto. Algo parecido sucede con YPF, con la diferencia que ya se está volviendo evidente el proceso de re privatización. Respecto a los planes de vivienda, la mayoría son para clases medias, y en las viviendas sociales se registra un fuerte manejo clientelar.
2- Los luchadores sociales han sufrido persecución y muerte durante esta década. Creemos oportuno citar un extenso párrafo del informe del colectivo Memoria, Verdad y Justicia, que indica que “a casi nueve años de la asunción de Kirchner (el informe es del año pasado) y ya atravesando el segundo mandato de Cristina Fernández, afirmamos que la impunidad, la represión y la persecución a los luchadores sigue siendo una finalidad de las políticas de Estado, porque la criminalización de la protesta social es una herramienta necesaria para sostener un sistema que privilegia las ganancias de una pequeña minoría a costa de las necesidades y sufrimientos de las mayorías populares. Denunciamos por eso que este gobierno, que se presenta como defensor de los derechos humanos y dice condenar los crímenes cometidos durante la última dictadura militar, en los hechos descarga el peso del aparato judicial para perseguir la protesta social del presente. Al día de hoy solamente hay 850 genocidas procesados, y más de 4000 luchadores criminalizados. Desde junio de 2010 han sido asesinados 18 luchadores populares y estos crímenes permanecen impunes”. A esto se le deben sumar las desapariciones de Luciano Arruga, Jorge Julio López y el asesinato de Silvia Suppo, que para el kirchnerismo no existen. Y ni hablar de la situación de los pueblos originarios, que luchan por agua y reciben la muerte como respuesta por parte de los gobiernos kirchneristas de todo el país. Finalmente, es necesario señalar que la cooptación por parte del oficialismo de organismos de derechos humanos, sólo tuvo como resultado su descrédito (Shoklender, Bonaffini, Felisa Michelli), logrando manchar una lucha que jamás le interesó a este gobierno más allá de su valor electoral. Se bajó el cuadro de Videla, pero no se unificaron las causas, no se fue a fondo con los cómplices civiles (lo cual le traería problemas con Timerman y Gerardo Martínez, por ejemplo), y por el contrario, se tercerizó la represión con barras bravas, sindicatos y grupos para policiales, se crearon el Proyecto X y se puso a la Side a espiar a los luchadores populares.
3- Las pequeñas y medianas empresas, y los pequeños y medianos productores, son las grandes víctimas de la concentración económica que favorece el Gobierno. Contra los pequeños hay una extrema presión fiscal, y los grandes evaden sumas mutimillonarias. Solamente por citar un ejemplo cercano en el tiempo y el espacio, vale recordar cómo el Estado entrerriano puso toda la fuerza del aparato estatal para desalojar a los pastajeros de Santa Elena para regalarle unas ochocientas hectáreas al gigante avícola Tres Arroyos. Con los grandes grupos industriales, Cristina propuso “sintonía fina” (que en criollo significa, paritarias por debajo de la inflación para garantizar mayor rentabilidad, con la consecuente explotación de los trabajadores), y a las Pymes las destroza con la Afip del impresentable de Echegaray. Respecto a la situación de los pequeños productores, se debe decir que desde la resolución 125 (que los perjudicaba notablemente, pese a lo que dicen los intelectuales k y los sectores trostkistas, quienes tampoco saben reconocer a un campesino ni siquiera con una bombacha puesta), hasta nuestros días, siempre fue empeorando. A la concentración de la propiedad de la tierra, y a los beneficios que el estado otorga a los pooles de siembra, se deben sumar la delicada situación de los tamberos, los ganaderos, la fruta, y todo tipo de producción que no sea el monocultivo de soja a gran escala. De esto tampoco se habla.
La década que se viene
Cristina dijo que quiere otra década de poder. No sería ella la candidata, porque hasta ahora no le dan los porotos ni el apoyo popular para una reforma, pero pondrían a algún candidato del riñón para poder seguir robando y evitar la cárcel. Esto hay que decirlo con todas las letras, ahora que muchos descubrieron la corrupción. En nuestro país, mientras no cambie el sistema, estamos al horno. No nos olvidemos que Carlos Menem está libre y es senador kirchnerista. Por lo tanto, solamente un cambio de fondo, con un gobierno verdaderamente nacional y popular que enfrente al imperialismo con medidas contundentes, y deje de saquear las riquezas trabajosamente reunidas por el pueblo, dará lugar a una década ganada. Esa es la esperanza que tenemos aquellos que conocemos la realidad que vive nuestro pueblo, que vemos cómo es castigado con la inflación y burlado por las estadísticas y la propaganda oficial. Pasaron diez años en que algunos la juntaron en pala y otros la vieron pasar mientras levantaban la cabeza a puro sacrificio. Esperemos que en los próximos se de vuelta la tortilla.
Publicado por Río Bravo el 27 de mayo de 2013.